Movimiento para mejorar la salud. El yoguilates es una novedosa actividad física que mezcla las bondades del yoga y del pilates, y que no es ajena a los adultos mayores.
Al menos eso se ve en los 30 pensionistas de Profuturo AFP que, en el gimnasio de la sede de esa empresa, en San Isidro, practican seguido esa disciplina, que busca fortalecer los músculos para evitar lesiones.
El yoga aporta posturas que armonizan cuerpo, mente y espíritu; y el pilates, movimientos basados en el control del centro abdominal. Cada sesión dura entre 45 minutos y una hora.
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Pensionistas de Profuturo AFP se entregan de lleno a la práctica del yoguilates. (Foto: Luis Silva Nole / El Comercio)
Claudia Calle, instructora de yoguilates de Profuturo AFP, da más detalles del tema: “En el yoga se usa la meditación, respiración controlada y concentración. Tonifica y trabaja los músculos. También en su práctica se usan las posiciones de montaña, saludo al sol, rana, lagartija, cobra, lagarto, gato, el perro invertido, el oso, el árbol y el guerrero”.
“Con el estilo pilates el trabajo es más focalizado en la zona central, es decir, en la zona abdominal y lumbar. Se suele usar una pelota grande para realizar los movimientos y estiramientos”, refiere Calle, quien agrega que la mezcla de ambas actividades logra fortelecer los músculos del cuerpo, aun en la tercera edad.
Ana Casanova Quiroz, pensionista de Profuturo AFP, es una de las personas de la tercera edad que practica el yoguilates. “Siempre me gustó el deporte y he retomado su práctica con el yoguilates. Y siento que beneficia mi salud, mi forma de ser. Me pone más alegre, Me hace pensar cosas buenas. Me relaja”, dice Casanova, de 66 años.
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Estiramientos, elongaciones. En suma, vida y diversión en la tercera edad. Eso es el yoguilates. (Foto: Luis Silva Nole / El Comercio)
Por su parte, Rogelio Manzano Cruz, de 67 años, otro pensionista de la misma administradora de fondos de pensiones, quien trabaja como recaudador en las madrugadas en el Gran Mercado Mayorista de Lima, ubicado en Santa Anita, también disfruta al máximo las sesiones de yoguilates.
“En mi caso, el yoguilates combate el estrés, relaja y fortalece. Como trabajo de amanecida y con frío, no podría mover para atrás uno de mis brazos. Ahora, tras varias clases de yoguilates, lo muevo con normalidad. Estas clases me rejuvenecen”, indica Manzano.