Carlos Olviveros conoció el circo de muy niño y nunca lo dejó. No permitió que se le vaya. Ahora él es profesor de la escuela de circo de La Tarumba y se esfuerza porque a sus alumnos el circo tampoco se les vaya. Porque se queden juntos.Para él el circo, y el arte en general, permiten que se fomente el respeto y en muchos casos el trabajo en equipo. El respeto es fundamental para Carlos, porque cree que es una de las virtudes que desaparece de Lima.
La Escuela Profesional de Circo Social de La Tarumba está en Miraflores y capacita a jóvenes durante tres años en distintas disciplinas circenses. Actualmente se lleva a cabo el programa de formación 2014-2016.