Hace un año, fue reportado como desaparecido Rubén Eusebio Leiva Calderón. Su familia y amistades lo buscaron durante 38 días sin pensar que uno de sus amigos más cercanos lo había asesinado. Recién esta semana fue cuando Harold Maldonado Rázuri participó en la reconstrucción de los hechos.
Ante la policía y el Ministerio Público, Harold Maldonado contó paso a paso cómo fue que se encontró con su amigo Rubén Leiva y lo llevó a un restaurante de La Molina, donde le dio un somnífero. Sin embargo, el asesino no pudo explicar los motivos por los cuales hizo esto ni el por qué lo llevó a su casa en La Molina en lugar de llevarlo a Villa El Salvador.
Crimen de Rubén Leiva tiene un móvil pasional, según PNP http://t.co/9qfCi2Lo3x pic.twitter.com/bqV3MfqCCU— Sociedad El Comercio (@sociedad_ECpe) enero 31, 2015
“Está acomodando la versión a lo que le conviene. Dice que mi hermano tomó la pastilla porque se le ocurrió, no porque se la dio adrede (...) Luego dice que se le ocurrió ir por Cieneguilla y no tiene sentido. Ya tenía planificado llevar a mi hermano dopado a su terreno para enterrarlo”, manifestó uno de los hermanos de Rubén Leiva.
El abogado de la familia de la víctima también indicó lo mismo, asegurando que el objetivo de Harold Maldonado es rechazar que planificó el crimen y así poder acogerse a la terminación anticipada y reducir su pena.
Cabe recordar que Harold Maldonado se encontró con su amigo Rubén Leiva cuando este se dirigía a vender su carro a un pastor de su iglesia evangélica para coordinar una entrega de regalos. Tras adormecerlo y acompañarlo al local del SAT en el Jockey Plaza, Maldonado Rázuri le exigió la contraseña de su celular, supuestamente para contactar al pastor en su nombre.
Rubén Leiva murió por varios golpes en la cabeza con pesadas mancuernas http://t.co/Z4Moj4xNAr pic.twitter.com/tYnLiU5Qqr— Sociedad El Comercio (@sociedad_ECpe) enero 29, 2015
“Se despierta y le digo (que me diga la contraseña” y al principio no me lo quiere dar. Después de tanto insistir me lo dio. En ese instante quería ver el WhatsApp de él“, relató ante las autoridades Harold Maldonado durante la reconstrucción del crimen.
La PNP maneja dos hipótesis en este caso. Una de ellas atribuye el crimen a un móvil pasional, a la cual también apela la defensa del asesino. Por eso su insistencia en ver las conversaciones de WhatsApp de su víctima. La segunda versión apunta a que el amigo de Rubén Leiva acabó con su vida porque este último había descubierto irregularidades en un negocio del criminal.
Todavía quedan seis meses de prisión preventiva de los 18 que le dictó el Poder Judicial. Durante este tiempo, la fiscalía a cargo del caso Rubén Leiva se dedicará a terminar de recoger más evidencias para sustentar su denuncia de homicidio.
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