No pasan ni diez segundos entre que un delincuente intenta robar un auto hasta que es reducido en el suelo, sin posibilidad de correr. Isis, una dóberman de 1 año, atraviesa el auto por las ventanas delanteras y en tres saltos está ya sobre el sujeto, a quien no deja de amedrentar a ladridos hasta que tres serenos internan al hombre en una camioneta. En todo ese trayecto, Isis no lo pierde de vista.
Además de este can, hay otros 17 dóberman en la brigada canina de la comuna limeña, todos entrenados para patrullar y, sobre todo, para reducir a delincuentes. Este grupo de perros saca provecho de su rapidez, fuerza y aspecto rudo para lidiar contra los delitos más comunes que –por feo que suene– han cercado al Cercado.
A las fiscalías de Lima llegan cada año unas 5.000 denuncias de asaltos cometidos en estas calles, que están entre las más rojas de la capital. Las denuncias más comunes tienen que ver con el robo de celulares, billeteras, carteras, ataque de bujieros y comercializadores de drogas. En el 2015, solo el serenazgo de Lima ha tenido 564 intervenciones por arrebatos al paso.
PLAN BEsta semana, el alcalde Luis Castañeda Lossio volvió a reclamar por la falta de policías para el Cercado. Dijo que se ha “desguarnecido a la ciudad” con la orden de que los policías ya no acompañen a los serenos en el patrullaje. Hasta antes de que el Ministerio del Interior desactivara el sistema 24x24, la municipalidad les pagaba a 80 agentes para acompañar a los serenos. Ahora por la mañana hay diez policías; por la noche, apenas dos. Un dato: el año pasado 90 serenos fueron víctimas de agresiones.
El plan B de la gestión de Castañeda fue, primero, adquirir armas no letales (pistolas de aire comprimido). La Municipalidad de Lima se ha esmerado en demostrar que los serenos estarán capacitados para no cometer excesos. A fines de este mes, saldrían los primeros 20 agentes con pistolas que arrojan balines con gel irritante.
La otra medida es la escuadra de caninos. En total, son 50 perros adiestrados; de ellos, 18 dóberman recién entrenados para el combate urbano. “Ellos están saliendo a puntos críticos del Cercado como parques, plazuelas, intersecciones donde hay delincuencia, robos con bujía, arrebatos, venta y consumo de drogas, y alcoholismo en la vía pública”, afirma el gerente de Seguridad Ciudadana de Lima, Abdul Miranda Mifflin.
COMPAÑERO Y AMIGOEl sereno Miguel Ángel Loayza (42) hace dupla con Aston, un dóberman que le fue asignado el año pasado. Este, como los demás perros, ha sido preparado, primero, en disciplina básica. Luego, se ha trabajado en el comando disuasivo y de ataque. Esto último quiere decir –explica este entrenador de perros con más de 10 años de experiencia– que los canes van a ladrar para infundir respeto. En caso de que su guía se lo ordene, estos serenos en cuatro patas reducirán a la amenaza y clavarán los colmillos.
Los dóberman pesan unos 42 kilos y pueden ser cuatro veces más veloces que una persona. A media semana, la brigada canina del serenazgo de Lima demostró para lo que han sido entrenados estos perros que patrullarán entre las 6:00 de la tarde y las 11:00 de la noche, para que el sol no los fatigue.
Hace pocos días, la policía y el serenazgo intervinieron a bujieros en Barrios Altos. Dos intentaron escapar con dirección al río Rímac, pero les soltaron los perros y no llegaron lejos.