Las personas con enfermedades sistémicas y autoinmunes se encuentran dentro de la población con mayor riesgo de contraer el COVID-19. Este grupo necesita una atención y tratamiento constante debido a la alta susceptibilidad al virus. En el hospital Arzobispo Loayza, en lo que va de la pandemia, el servicio de Inmunoreumatología ha realizado 2183 atenciones.
La doctora Irene Martínez, jefa de esta área médica, afirmó que “ha sido muy difícil para todos”, en especial, para los pacientes, sobrellevar los últimos meses de los 24 años de fundación que se encuentra celebrando este servicio.
“Ha sido un gran desafío atender a nuestros pacientes [...] Si bien teníamos una pandemia encima, ellos reciben tratamiento inmunosupresor y su enfermedad no se podía parar, teníamos que continuar en el camino con ellos porque sin el tratamiento la enfermedad se complicaba”, contó a El Comercio.
El equipo médico del servicio de Inmunoreumatología también ha realizado 486 interconsultas en las áreas de emergencia, shock trauma, pabellones de hospitalización y áreas COVID-19 del hospital Loayza. La doctora Martínez indicó que, durante la emergencia sanitaria, tuvieron que hacer “una doble función”: atender a pacientes sistémicos y a los que tenían coronavirus.
“En nuestra especialidad, nosotros no hacemos guardias. Cuando terminan nuestros estudios de residentado médico, terminan nuestras últimas guardias. Muchos colegas, después de 15 años, volvimos a hacer guardias hospitalarias. No era usual para nosotros. Muchos más era el temor de entrar a una guardia no usual, con salas de 60 camas llenas de pacientes COVID. Tuvimos que prepararnos mucho, vencer nuestros miedos y ayudar a los pacientes”, reveló.
La especialista señaló que, hasta ahora, se encuentran trabajando con colegas de otras áreas para combatir la pandemia en primera línea. Comentó que, en la primera ola, cuando todavía se sabía poco sobre el coronavirus, se utilizaron medicamentos “que los reumatólogos conocemos”, como es el caso de los corticoides, la hidroxicloroquina y otros, para tratar a los pacientes más graves.
“Nosotros como personal de salud, nos encontramos comprometidos con la población, trabajando en primera línea con pacientes aquejados por la Covid-19, sin dejar de brindar la atención necesaria a pacientes con enfermedades sistémicas, que por su naturaleza necesitan de atención continua e inmediata”, sostuvo.
Explicó que la mayoría de estas enfermedades sistémicas “atacan al riñón y al pulmón”. En ese contexto, se trata de proteger a los pacientes que de por sí presentan “comorbilidad grande”.
El servicio de Inmunoreumatología celebra 24 años de haber sido creado. La doctora Irene Martínez remarcó que el estado de ánimo del personal a su cargo es pieza clave para la labor diaria, por lo que agradeció a los colegas de su equipo y reconoció el arduo trabajo que vienen realizado durante todo este tiempo.