Al mejor alcalde de Lima de todos los tiempos no le gustan las preguntas incómodas. Frunce el ceño, interrumpe a su entrevistador y si este es insistente, la sonrisa se le congela. La chapa de ‘Mudo’ no es gratuita, la comunicación no es su fuerte. Por eso sus apariciones en público son esporádicas. No todos los periodistas hacen preguntas que parecen palmaditas en el hombro, así que no vale la pena correr riesgos.
Además, para qué hacerlo si tiene el don de la omnipresencia. Está en los letreros azules y amarillos que se multiplican por la ciudad hasta para anunciar el cambio de un foco. Y está presente a través de sus funcionarios que, enfundados en chalequitos amarillos, repiten en los noticieros mañaneros que están ahí no en nombre de la municipalidad o de la ciudad, sino del mismísimo alcalde que siempre está muy preocupado por el bienestar de los limeños.
Ayer, por la mañana, cuando el fuego aún consumía la comunidad de Cantagallo, el mejor alcalde de Lima de todos los tiempos reapareció para llevar ayuda a los damnificados. Todo iba bien, hasta que uno de esos periodistas impertinentes que de vez en cuando aparecen le preguntó sobre la última revelación de IDL-Reporteros: los correos electrónicos que la ex funcionaria municipal Giselle Zegarra envió a Leo Pinheiro, el empresario brasileño encarcelado por corrupción, en los que manifestaba la molestia de ‘Lucho’ porque OAS promocionaba Vía Parque Rímac en plena campaña municipal del 2014.
El rostro del mejor alcalde de Lima de todos los tiempos repentinamente cambió. Entre respuestas a medias, vanos intentos de salir del trance, respondió que no lo recordaba. Y ahí quedó todo.
Ayer unas 2.000 personas lo perdieron todo. Un niño, al momento de escribir estas líneas, se debatía entre la vida y la muerte. Dicen que el origen del incendio fue una vela encendida, pero pudo ser también una mala conexión eléctrica, la explosión de un balón de gas o sabe Dios qué. La precariedad es la madre de todas las desgracias y la comunidad que habitaba la zona de Cantagallo estaba expuesta a ellas.
El proyecto Río Verde, ese que iba a recuperar para la ciudad la ribera del Rímac, incluía un conjunto habitacional que los hubiera sacado del abandono. En lugar de ello, se construyó un ‘by-pass’ cuya inutilidad muy pocos especialistas discuten.
Pero el mejor alcalde de Lima de todos los tiempos no iba a abandonar a una población en emergencia. Y si antes les negó la posibilidad de vivir en viviendas dignas, que hubieran evitado esta tragedia, ahora les lleva carpas. También agua, frazadas, comida y serenos para que los cuiden.
¿Alguien duda de que estamos ante el mejor alcalde de Lima de todos los tiempos? ¿Y Bedoya, y el ‘gordo’ Andrade? ¡Por favor! No ha habido ninguno como él.