LUIS GARCÍA BENDEZÚEstán en todas partes y trabajan a cualquier hora. Son adolescentes como Jason, de 15 años, quien carga papel para las imprentas del Cercado. O púberes como Olinda, que vende juguetes en Mesa Redonda. Las cifras son penosas: en el Perú hay 1,65 millones de menores trabajadores de entre 6 y 17 años, es decir, el 12% del trabajo infantil de Latinoamérica y el Caribe, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Lo más lamentable es que del total de menores trabajadores, unos 832 mil (el 50,2%) están por debajo de la edad mínima permitida para laborar, que es de 14 años. Según especialistas consultados por El Comercio, la mayoría de niños y adolescentes que trabajan lo hace para algún familiar y no recibe paga. Sus jornadas duran cinco horas al día.
La OIT resaltó esta semana que la cantidad de niños trabajadores se redujo en 28% entre el 2008 y el 2012 en el mundo. No obstante, el Perú todavía tiene cifras elevadas. “No hay tanto trabajo infantil como en Bolivia o América Central, pero Brasil, Argentina y Colombia han disminuido más este problema”, dice Guillermo Dema, especialista regional de la OIT.
Tal como lo denunció El Comercio en diciembre del año pasado, uno de los grandes problemas del Estado para erradicar el trabajo infantil es que hace falta más información al respecto.
La Defensoría del Pueblo señala, por ejemplo, que la última medición de menores trabajadores se realizó en el 2011.
Este Diario solicitó al INEI información actualizada sobre el trabajo infantil. Este organismo respondió que no hay datos del 2012 y el 2013 debido a que el Comité Nacional para la Prevención y Erradicación del Trabajo Infantil, a cargo del Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo (MTPE), aún evalúa qué metodología usar para calcular esta problemática.
ESFUERZOS INSUFICIENTES
En el 2012, el Gobierno aprobó una estrategia que busca prevenir y erradicar el trabajo infantil. Ese proyecto beneficia hoy a 7.826 menores de cinco regiones en situación de riesgo. En Lima, el sector Trabajo ayuda a las familias de 342 menores de Carabayllo que trabajaban en el reciclaje de basura.
Para la OIT, el Estado debe concentrarse en las políticas de protección social y dar prestaciones por desempleo o maternidad a los padres de familia. “Si los padres tienen un trabajo digno, muchos niños ya no se verían obligados a trabajar”, señala Guillermo Dema.
Elena Pila, gerenta de programas sociales para la infancia y juventud de la Fundación Telefónica, considera que es importante que la sociedad se sensibilice con respecto al trabajo infantil doméstico. “Es censurable que haya niñas de 14 o 15 años a cargo del hogar”, dice.
Según la especialista, los niños que trabajan sufren, en promedio, tres años de atraso escolar, lo que limita su desarrollo.