No solo muchas paredes, puentes u otras edificaciones de Lima son víctimas de pintas con aerosol, esas que atentan contra el ornato de la ciudad que acaba de cumplir 479 años de creación. Tampoco se salvan las creaciones de la naturaleza: los árboles.
Una muestra la tenemos en la cuadra 23 de la avenida Arequipa en donde el tronco de uno de los árboles presenta inscripciones con aerosol negro y celeste.
“Demon” se alcanza a leer en el tronco muy cercano al lugar de la misma avenida en donde, en noviembre del 2012, otro antiguo árbol cayó aplastando dos autos y dejando dos heridos.
Fuentes de la Gerencia de Servicios a la Ciudad de la Municipalidad de Lince comentaron que el árbol afectado es uno de los más antiguos de la jurisdicción, cuyo promedio de edad está entre los 45 y 50 años.
“En cuanto al pintado de los troncos con aerosol o en general con cualquier clase de pintura o cal, es perjudicial para los árboles al sufrir quemaduras exponiéndolos a enfermedades derivadas de los inconvenientes para ‘respirar’ adecuadamente”, comentaron.
Cabe recordar además que en varios distritos se ha visto que los municipios pintaron los troncos intentando dar una proyección de limpieza, orden y estética. Pero el efecto es poco duradero por el lavado de las lluvias, el riego y el desprendimiento natural de la pintura. Eso perjudica más a los árboles.
En la avenida Arequipa y otros lugares, suelen haber más arboles dañados con aerosol por inescrupulosas personas. Una actitud, sin duda, absurda.
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