Sharoom Berusca León Jara, de 23 años, fue asesinada, descuartizada y quemada en El Agustino. La policía encontró su cuerpo anoche en una especie de cueva en lo alto del cerro San Pedro, en El Agustino, en una zona conocida como Maracaná. El principal sospechoso de su muerte es su pareja, quien permanece detenido en la Depincri de esa jurisdicción.
La tarde del pasado 12 de marzo, Sharoom salió de su casa, en Chaclacayo, y se dirigió hacia El Agustino, a encontrarse con su enamorado y primo paterno, Nick Brayan León Chumpitaz, de 24 años, que vive en ese distrito y trabaja como mototaxista. Desde entonces nadie volvió a tener noticias de ella.
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El día que desapareció, Sharoom León iba vestida con un 'body' del club de fútbol Alianza Lima, un buzo negro con franjas blancas y zapatillas deportivas. Había dejado su teléfono en casa porque, según su familia, si lo llevaba donde León Chumpitaz este, de los celos, se lo terminaba quitando y hasta rompiendo.
A los dos días, una de las hermanas de Sharoom, Mayra, recibió la llamada de la ex pareja de aquella, con quien tenía un hijo. “¿Qué ha pasado con Sharoom? Hace dos días que no recoge al niño del colegio”, le dijo.
Preocupada, Mayra fue a buscar a su hermana, que compartía casa con una amiga, en Chaclacayo. La chica le reveló que hacía días que no la veía ni tenía noticias suyas. Buscaron su celular, lo encendieron y vieron que la última llamada registrada era de León Chumpitaz. Así que Mayra fue a buscarlo.
Cuando lo vio, este tenía la cara llena de arañazos. “Dijo que había estado con mi hermana el 12 de marzo desde las 7 hasta las 11 de la noche, que habían estado tomando en el Parque de la Mujer y que habían tenido una discusión. Que ella le había arañado la cara y que él la había dejado ir”, cuenta Mayra.
La respuesta no la convenció. Le resultaba raro que el chico no le hubiera vuelto a escribir a Sharoom por WhatsApp o intentado llamarla o buscarla luego. “Cuando ella dejaba de llamarlo un día, él se ponía en contacto con todos sus amigos para saber de ella. Desde el celular de mi hermana pude ver que durante la semana él estaba en línea y no le escribía nada”, cuenta Mayra.
La mujer recuerda que cuando le reclamó eso a León Chumpitaz este le respondió que recién había descargado la aplicación de WhatsApp y que por eso no se había puesto en contacto con Sharoom. “Pero es mentira. Él solía conversar con mi otra hermana por esa vía. Y últimamente estuvo diciéndole a sus amistades que ya iba a rehacer su vida sin Sharoom”, asegura.
El 15 de marzo último, la familia acudió a la División de Investigación y Búsqueda de Personas Desaparecidas de la Divincri de El Agustino. Ahí, León Chumpitaz declaró la misma historia sobre el último día que había visto a su pareja, pero cambió un dato. Dijo que habían estado bebiendo en otro lugar.
La PNP entonces le pidió que señale el lugar exacto y él apuntó a una banca. “Los vecinos siempre colocan grasa en esa banca para que los fumones no se queden ahí. No tenían donde sentarse”, dicen los detectives. León Chumpitaz entró en más contradicciones, pero insistía en que él no tenía nada que ver con la desaparición de la muchacha.
Ayer por la mañana las hermanas de Sharoom fueron contactadas por la aplicación de Messenger por una ex pareja de Nick León. “A mí me secuestró y me quiso matar. Les puedo indicar a dónde me llevó”, les dijo.
Eso había ocurrido en el 2016. La muchacha había terminado la relación con León y este, que no aceptaba su decisión, fue a buscarla a un instituto donde ella estudiaba cosmetología. Como la joven se negaba a acompañarlo, sacó un cuchillo, se lo puso en la espalda y la obligó a ir a una cueva con él, la misma donde anoche hallaron los restos de Sharoom.
Según la declaración de la chica, León Chumpitaz la cogoteó y, al creerla muerta, se dispuso a irse. Entonces vio que ella reaccionaba y volvió para rematarla. “Ya no me pegues”, le rogó ella. “Regresemos, vámonos a donde tú quieras”, añadió y él la sacó de la cueva.
En un descuido, la muchacha huyó de él y fue a la Divincri de El Agustino. Fuentes policiales cuentan que luego de eso la chica pasó por el médico legista, pero no continuó la denuncia. Asustada, se fue del país.
Anoche, en la cueva, al lado de mesas rituales y envases de timolina (según la policía se trata de un lugar frecuentado por brujos y fumones), encontraron los restos de Sharoom. La joven había sido decapitada y su cuerpo mutilado y quemado.
Las hermanas pudieron reconocerla por lo que quedaba de sus prendas. Hoy realizarán los exámenes de ADN para confirmar la identidad de la muchacha.
Además, los peritos realizarán hoy las pruebas de luminol en casa del sospechoso y en su mototaxi. Anoche, hasta el último minuto insistió en su inocencia. “Yo no la he matado”, dijo.
Varios parientes de León Chumpitaz se acercaron a la dependencia policial, pero evitaron dar mayores declaraciones. “No entendemos qué ha pasado. La persona que nos describe la policía es alguien totalmente distinto al que nosotros conocemos. Es un sobrino al que he visto crecer, jugar con todos los niños y ahora me dicen que ha cometido un acto cruel. No lo creo”, dijo una tía.
“No somos una familia de dinero, pero vamos a juntar dinero para contratar a un abogado. Él es una persona que es sospechosa y hemos venido a apoyarlo sea inocente o culpable, pero no queremos perjudicar a nuestros hijos”, agregó la mujer, que pidió a los medios no ser fotografiada o identificada.
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