OSCAR GARCÍA Y TATIANA PALLA@Somos
Es posible que la imagen de Sarita Colonia sea una de las figuras populares más recurrentes en el arte local de los últimos años. Uno de los primeros en prestarse de su imagen fue el colectivo E.P.S Huayco que, en octubre de 1980, coronó una ladera de arena a la altura del kilómetro 56 de la Panamericana Sur con la imagen de Sarita Colonia. Doce mil latas de leche pintadas formaron su rostro, en lo que se reconoce hoy como uno de los trabajos emblemáticos del grupo.
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“Sarita nos pareció interesante porque nosotros somos casi la generación post Velasco, y con este llegó la inmigración. Sarita Colonia representa a la mestiza que llega a una Lima que se desarrolla a partir del provinciano”, explica Charo Noriega, ex integrante de Huayco. Una santa no aceptada por la Iglesia, como el migrante que se da de bruces contra la realidad de la ciudad. De ahí que decidieran alzar su imagen para que sea visible desde una importante vía de llegada de provincias a Lima.
“Lo vimos en esa época como una forma de darle esperanzas a la gente que creía en ella. En mi visión personal, viéndolo 30 años después, creo que inconscientemente lo que estábamos haciendo era ser complacientes, populistas, al alimentar la posibilidad de que la ayuda tiene que venir de fuera (gracias a Sarita), en vez de tu propio trabajo. El milagrito te lo debes hacer tú”, replantea Noriega. La obra duró mucho tiempo más de lo que estimaron y tomó vida propia cuando se convirtió en un punto de peregrinación de fieles.
La estampa de Sarita también ha sido llevada a las galerías. Están, por ejemplo, la Sarita que oye a sus fieles en “Aparecida” de Claudia Coca (2007), una estampa pop en la que la devota cita la canción “Apariciones” de Rubén Blades. “Mi Sarita habla de la Lima polarizada, donde no todos somos iguales. Es también una referencia a la violencia que vivimos por 20 años en el país”, explica Coca. “Muchos la hemos tocado por su estética, por su concepto. Hay otros íconos populares, pero tienen un circuito más pequeño. El culto a Sarita crece a través de los años”.
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