Esta madrugada, la Costa Verde sufrió un deslizamiento de piedras y tierra a la altura de Sucre, en Magdalena. El montículo ocupa tres carriles del circuito de playas y la Policía Nacional ha tenido que cerrar el tránsito en la vía, situación que genera gran congestión vehicular en plena hora punta.
►Costa Verde: deslizamiento de tierra y piedras causa gran congestión vehicular | FOTOS►Panamericanos 2019: cierre de la Costa Verde dejó caos vehicular en vías alternas
Esta no es la primera vez que ocurre un deslizamiento en la Costa Verde; sin embargo, es el más grande en los últimos años y vuelve a poner en debate la estabilidad de este acantilado que se extiende desde San Miguel a Chorrillos.
Este es un informe que realizó El Comercio en noviembre del 2017, donde se daba cuenta de los riesgos de la Costa Verde, especialmente en casos de sismo.
[Nota original 04.10.2017]En la parte alta de los acantilados de la Costa Verde, solo entre los distritos de Barranco y San Miguel, hay más de 85 edificios de más de 10 pisos que miran al Océano Pacífico o que están cerca del malecón, en los primeros 200 metros del barranco.
Un edificio de esta altura puede llegar a pesar 33.000 toneladas. En otra palabras, la Costa Verde actualmente puede estar soportando unos 2,8 millones de toneladas más que en 1990, cuando recién comenzaba a asomarse el boom de la construcción en esta zona de la capital. No es necesario ser experto para hacerse una pregunta: ¿el acantilado soportaría todo ese peso en caso de sismo de gran magnitud?
Esa fue la pregunta que dio pie a una investigación realizada por un grupo de ingenieros del Centro Peruano Japonés de Investigaciones Sísmicas y Mitigación de Desastres (Cismid), brazo de la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI).
El Cismid calculó que una franja de acantilado de la Costa Verde de 30 a 60 metros sería vulnerable a desprendimientos o una eventual caída en bloque si sucediera un sismo de 8,5 grados de magnitud. Ello, debido al peso que soporta por la cantidad de edificios y otras grandes infraestructuras.
“Hemos realizado diversos análisis del comportamiento geológico de la Costa Verde. Tenemos unos taludes bastante empinados y, aunque son relativamente estables, cada vez más la erosión del viento, la humedad y los sismos han devenido en desprendimientos. ¿Qué ocurriría en un sismo de magnitud 8,5? Se han hecho modelos numéricos donde se muestra que va a ver una deformación importante. Va a tener un desplazamiento importante o un colapso en bloque que caería. Se trataría de una franja de entre 30 y 60 metros”, dice Zenón Aguilar Bardales, subdirector de Investigaciones del Cismid.
Aguilar explica esta situación aludiendo a la construcción de un castillo de arena en la playa. “La estructura del acantilado tiene una estabilidad natural. Si le pongo otra estructura encima, le añado un peso, es como si estuviera aumentando la altura de esta estructura. Como si uno hiciera un castillo de arena y le pone más arena en la parte superior. Es una sobrecarga que le pude quitar estabilidad”, dice Aguilar. “Si ya con el talud natural puede haber una franja que puede ocasionar caídas, con una carga adicional eso puede hacerlo colapsar”, agregó.
En distritos como Miraflores y Barranco, por ejemplo, existen ordenanzas que obligan a una empresa de construcción demostrar la estabilidad del suelo donde van a construir.
El ingeniero Miguel Estrada, director del Cismid de la UNI, indica que si se toman todas las previsiones de ingeniería y cimentación para anclar el edificio, podríamos estar hablando de un inmueble seguro ante sismos. “Debe tener cimentación profunda para que tenga estabilidad y muros de contención”, dijo.
Sin embargo, los especialistas advierten que hay una falta de control municipal permanente de las construcciones que pueda garantizar que lo aprobado en planos es lo mismo que se realiza en la obra. El Comercio denunció hace unos días que solo el 30% de las edificaciones formales eran supervisadas por inspectores municipales de sus jurisdicciones.
La ley orgánica de municipalidades exige a las comunas regular y fiscalizar la construcción, remodelación o demolición de inmuebles.
Uno de los críticos de la falta de control municipal es Frederick Cooper, una de las más notables figuras de la arquitectura peruana. “Un municipio debe tener un área técnica que vigile todo el proceso de construcción, desde los planos y cimentación hasta el final del proyecto. Hay que vigilar la calidad de la mezcla del concreto, la dimensión de las varillas, los testigos, estibos y otros elementos”, dice Cooper.
DATO:Desde el 2012, un estudio de expertos de la Universidad Nacional de Ingeniería revelaba que la Costa Verde presenta riesgo medio o alto de derrumbes, y que las construcciones deberían ubicarse a 150 metros del acantilado. Muchas de ellas, sobre todo en Barranco, están edificadas sobre el mismo acantilado.