En algún momento de nuestras vidas hemos tenido que enfrentarnos a frases que intentan de explicar, justificar o encubrir la gravedad de la violencia de género. Hablamos de frases que van desde el “Algo habrás hecho para que te golpee” hasta el “Si fui violento, no me di cuenta”.
Estas justificaciones resultan más aterradoras si tenemos en cuenta un sondeo publicado en marzo por El Comercio-Ipsos en el que el 71% de encuestados consideró que la mujer tiene algo de culpa, si la violan, la acosan o la golpean.Para analizar estos mitos- y cuestionarlos- conversamos con la psicóloga Sabina Deza y la periodista especialista en género, Suiry Sobrino. Se sorprenderá.
► “Algo habrás hecho para que te golpee”FALSO. Sabina Deza, psicóloga del Centro de la Mujer peruana Flora Tristán, comenta que este mito era muy común cuando una mujer compartía por primera vez que era víctima de agresiones y que en lugar de recibir apoyo- porque nada justifica que la violenten- terminaba siendo culpada.“Que haya un entorno familiar, amical o que las mismas instituciones como la Policía y los operadores judiciales o de salud te pregunten de rutina “qué hiciste”, como si la mujer tuviera que explicar que los golpes que tiene en el cuerpo o el daño psicológico sufrido, refuerzan la vulnerabilidad de la mujer”, comenta Deza.
► “Si la golpean es porque les gusta”FALSO. Sobre este mito Deza es clara. Para ella, el masoquismo femenino es una teoría quedado totalmente obsoleta y que para entender por qué una mujer permanece en una relación violenta se deben analizar una serie de factores.“En una relación violenta, sea corta o larga, se intercalan períodos de tranquilidad y maltrato. Llega un momento donde el autoestima de la mujer se ha vulnerado tanto que puede sentir que más importante que su integridad es conservar su relación, pero eso no tiene que ver con el masoquismo, tiene que ver con un lavado de cerebro por parte de su agresor, que la hace sentirse incompetente e inútil y le repite que lo único bueno que ella ha hecho en su vida fue tener una relación con él y que debe conservarla (...) Mientras más tiempo tenga una mujer este tipo de vínculo más va perdiendo la valía, el autoestima, su sentido de autoprotección”, advierte la psicóloga de Flora Tristán.► “Solo las mujeres bonitas y jóvenes son acosadas en las calles”FALSO. La periodista especialista en género, Suiry Sobrino apunta que el acoso callejero está relacionado con el ejercicio de poder que constantemente ejercen algunos hombres sobre las mujeres.“No hay una estadística oficial de acoso sexual pero las mujeres sabemos que empezamos a ser acosadas a una edad escolar, desde los 9 ó 10 años. El acoso en el espacio público no tiene nada que ver con los patrones de belleza sino con el ser mujer y mientras más joven, más vulnerable eres”, señala Sobrino.
► “Si fui violento, no me di cuenta”FALSO. Sabina Deza y Suiry Sobrino coinciden en el abordaje de este mito. La primera piensa de que los hombres agresivos sí se dan cuenta de que son violentos pero “son selectivos” porque lo que le hacen a su pareja no lo harían con otro hombre.Sobrino piensa que un hombre adulto sí es capaz de reconocer la incomodidad de una mujer. “Lo que pasa es que han sido criados para que esa incomodidad no signifique algo que importe”, apunta.► ”Los agresores son enfermos mentales“FALSO. La psicóloga Sabina Deza aclara que no es un problema de patologías sino con cómo el hombre asume su masculinidad.”Cuando se han evaluado a hombres que ejercen violencia no es que sean psicóticos. Muchas veces quisieran pasar por locos para eximirse de responsabilidad y decir que no pueden controlarse porque están fuera de la realidad pero no es así porque en otros espacios la mayoría no son violentos (...) Una característica de estas personas es que tienen doble personalidad“.
► “Las mujeres víctimas de violencia tienen poca educación, no tienen empleo y son pobres”FALSO. Sabina Deza asegura que ha atendido a gran diversidad de casos de mujeres que deben cargan con el problema de la violencia y está convencida de que no existe un perfil de la mujer agredida porque pueden ser mujeres exitosas como que no.“(Las mujeres víctimas de violencia) pueden ser de cualquier estrato socioeconómico. He atendido a lideresas sociales que luchan a favor de los derechos de las mujeres y que a están inmersas en relaciones de violencia”, cuenta.► “La violencia psicológica no es tan grave como la física”FALSO. La psicóloga Deza comenta que las víctimas de violencia psicológica son las más incomprendidas porque las personas tienden a solidarizarse más rápido con mujeres que evidencian violencia física porque los moretones o fracturas son pruebas incuestionables.“La gente piensa que las víctimas de violencia psicológica tienen problemas mentales o que son limitadas intelectualmente, por esta reacción de andar en otro mundo, y las revictimizan. Ellos no se dan cuenta de que esa conducta es una reacción ante la violencia (...) Esta incomprensión hace que la víctima se sienta sola y la puede llevar a tener conductas autodestructivas o suicidas”, advierte.
► “La mujer debe hacerse respetar si no quiere que la acosen”FALSO. Suiry Sobrino señala que es muy difícil para una mujer reaccionar ante el acoso porque ha crecido pensando que el ser acosada es algo que eventualmente iba a sucederle y que no puede hacer nada al respecto.“A todas nos ha pasado que llega un momento en el que te vulneran y no sabes cómo reaccionar. La falta de acción no implica que a una mujer le guste el acoso o se sienta cómoda. Ella siente miedo y se siente vulnerable, pero también piensa que tomar una acción puede repercutir en una violencia mayor”.► “El piropo no es violencia”FALSO. Sobrino aclara que el piropo debe nacer de una persona a la que previamente se le ha brindado confianza y no de un desconocido.“(Recibir) una frase ‘de halago’ en el espacio público no es un piropo, es un comentario no solicitado, y no puede ser de ninguna manera, por muy poético que sea, interpretado como algo positivo. El hablarle a mujeres desconocidas en la calle no existe una intención real de halagarte, es una demostración de poder de parte del hombre a la mujer”, señala.