Ayer, al inicio de la jornada electoral, la alcaldesa Susana Villarán les pidió a los vecinos de Lima votar con conciencia y el corazón por una ciudad próspera, “donde reine la paz y el desarrollo”. Según los resultados de la ONPE, la candidata de Diálogo Vecinal no fue reelegida y tendrá que abandonar el Palacio Municipal el 31 de diciembre. Es más, la autoridad edilicia quedó por detrás del aprista Enrique Cornejo, relegada al tercer lugar. A continuación las razones de su derrota:
1. NO CUMPLIÓ SU PALABRAEn febrero del 2013, cuando el Sí a la revocación aún estaba por delante del No, Villarán de la Puente usó uno de sus últimos recursos para revertir esta situación: aseguró que no iría a la reelección si la dejaban concluir su mandato. Un año y tres meses después, la alcaldesa lanzó su campaña para tentar un segundo período municipal.
“Si en un momento dije que no fue con convicción, [estuve] convencida. [Pero] lo he pensado sinceramente, he visto el panorama electoral. He visto que quienes tienen más opción son los que estuvieron detrás de la revocación y que esto significa querer parar a Lima”: así justificó Villarán su “cambio de opinión”.
2. POLARIZACIÓN NO FUNCIONÓDesde el arranque, Villarán de la Puente intentó polarizar la campaña. Primero dijo que ella representaba la continuidad de las reformas (la del transporte y la del comercio mayorista), mientras que su oponente de Solidaridad Nacional, el ex alcalde Luis Castañeda Lossio, significaba el retroceso. Sin embargo, esta estrategia tuvo el efecto contrario: quienes ya no querían una nueva gestión villaranista respaldaron a su principal adversario. Gran parte del voto duro de Solidaridad Nacional era “anti-Villarán”. Castañeda mantuvo una media de 50 puntos porcentuales durante casi toda la campaña, una cifra muy parecida a la que obtuvo el Sí a la revocación [48.63%]. La polarización simplemente no le funcionó.
3. XAVI NO FUE FAVREPara la alcaldesa Villarán, el principal problema de su gestión ha sido no saber comunicar sus logros. A ello se suma que la autoridad edilicia, en un intento por diferenciarse de sus antecesores, se negó a colocar su nombre en las placas de las avenidas, plazuelas, escaleras y muros que ejecutó. Esto, lejos de realzar su imagen, tuvo el efecto contrario: los vecinos no asociaron su figura con estas obras.
Y su campaña de reelección nunca caló, el eslogan “Sí se atreve” no daba ningún mensaje concreto. “¿Sí se atreve…a qué?”, fue la pregunta que muchos limeños se hicieron.
El español Xavier Domínguez y su equipo, quienes se encargaron de la estrategia de campaña, nunca conocieron realmente al elector peruano. A diferencia del brasileño Luis Favre, gestor de la remontada del No, los nuevos asesores trataron de centrar la campaña en Villarán [quien tiene un alto nivel de rechazo] y no buscaron a personajes, con credibilidad, que hablen de las obras y reformas de esta gestión. Los sectores C y D, los más beneficiados con el programa Barrio Mío, fueron los que menos creyeron en la alcaldesa.
4. EL CORREDOR AZULEl lanzamiento del corredor azul en las avenidas Tacna, Garcilaso y Arequipa a un mes de los comicios fue percibida como una medida no solo apresurada, sino también electorera. La reforma del transporte es absolutamente necesaria, pero, como bien lo señaló la periodista Patricia del Río en una de sus columnas, fue la propia Villarán la que debilitó este proceso. Sus adversarios, principalmente Castañeda, aprovecharon la queja de los pasajeros [por la falta de alimentadores y la frecuencia de los buses] para no solo golpear a la alcaldesa sino para traerse abajo el inicio de un cambio que es fundamental para la ciudad.
5. LE FALTÓ UN VERSUSDurante los dos debates en los que sí participaron los 13 candidatos, Villarán no pudo destacar como ella lo hubiese querido. Le mandó mensajes directos a Castañeda: “¿O la reforma u Orión?”, fue el más contundente. Sin embargo, no tuvo la oportunidad de enfrentarse directamente a su antecesor en la alcaldía. Otra hubiese sido su suerte, si en la última polémica en lugar de Cornejo, ella hubiese sido la persona que le preguntara al líder de Solidaridad Nacional. No pudo contrastar de manera clara su gestión con la del popular ‘mudo’.