Vecinos de San Martín de Porres exigien el retiro de una planta de tratamiento de aguas residuales de Sedapal, ubicada en la ex hacienda Chuquitanta, al considerar que contamina el medio ambiente y genera olores desagradables.
Residentes de las urbanizaciones San Diego y Ensenada en Pro señalaron que, incluso, les resulta imposible comer sus alimentos y hasta dormir por el fuerte olor que emana la planta.
La Coordinadora de la Defensa contra la Contaminación Ambiental del Cono Norte señaló que ha remitido oficios a las autoridades locales y otras entidades involucradas en el tema, pero que no han recibido respuesta.
“Se trata de un problema de varios meses, no podemos ni comer, nuestros hijos están expuestos a esta contaminación”, indicaron a RPP.
Por su parte, voceros de la comuna distrital dijeron que presentarán una denuncia antes las autoridades correspondientes por el perjuicio a la salud y al medio ambiente que está generando la infraestructura.
Según dijeron, cuentan con los informes técnicos remitidos por la Dirección General de Salud Ambiental (Digesa) que comprueba esa situación.
SEDAPAL
En tanto, Sedapal explicó que los malos olores que emanan de la planta en cuestión se deben al exceso de carga orgánica e inorgánica de origen industrial.
Agrega que el incremento desmedido de los desagües industriales afecta el normal proceso de tratamiento biológico de los desagües domésticos para el cual está preparada la planta.
“La solución definitiva pasa por derivar parte de estas descargas hacia la Planta Taboada, proyecto que se está trabajando; así como la construcción del gran colector Puente Piedra”.
Francisco Quesada, gerente de Aguas Residuales de Sedapal, dijo que para mitigar la concentración de olores, en un plazo de un mes, se instalará una mayor cantidad de aireadores centrífugos que oxigenarán los desagües para diluir los malos olores concentrados.
Asimismo, indicó que colocarán mallas que permitan proteger a los habitantes de las zonas aledañas a la planta.