Su muestra se titula “Ejercicios del color”, pero lo que sorprenderá especialmente al espectador es el material sobre el que vibra la paleta de Alice Wagner. En efecto, en lo que a simple vista parecen primorosos trabajos de crochet llevados a una escala gigante, tras una mirada más atenta aparece el plástico reciclado, material que parodia y cuestiona lo que creíamos saber de cierta práctica de bordado relacionada al hogar, asociada comúnmente a lo femenino.
“Siempre me ha sorprendido el plástico como material”, afirma la artista, que actualmente ocupa la Sala de Proyectos de la galería Lucía de la Puente. En esta ocasión, ella recupera y recicla viejos inflables infantiles, quizás recordando los grandes juegos para rebotar instalados en el parque Salazar cuando era pequeña.
—¿Cuál es la relación entre color y material en esta muestra?
El material es un elemento importante, claro, pero creo que más me interesa combinar tanto formas como colores, que en el plástico son especialmente intensos. Me pareció interesante jugar con los patrones del crochet. Quien practica el tejido sabe que se trata de trabajos superlaboriosos. Quiero generar la ilusión de que son obras hechas a crochet.
—El crochet está asociado a lo doméstico, a lo femenino, a lo familiar. Pero al ser piezas de plástico, tus obras parecen cuestionar todos estos valores tradicionales...
Pienso que en crochet estas piezas no dejarían de ser una obra de arte contemporáneo. Pero es verdad que si le cambias la escala y la descontextualizas, todo cambiará de sentido.
—¿Tu trabajo tiene una intención simbólica? ¿Buscas desmontar el concepto de lo “femenino”?
De hecho, mi trabajo podría ser una manera de romper la idea tradicional de lo femenino. En ese sentido, trabajar antes con el hilo probablemente me llevó a este tipo de iconografía.
—¿Te sorprenden las diversas lecturas que hace el público de tu obra?
Eso es lo interesante, que cada uno tenga su propia lectura. En esta muestra me he permitido hacer un montón de cosas distintas. Para empezar, siempre me ha gustado amalgamar los materiales. En la muestra, no existe el pegamento. El plástico está unido por efecto del calor y la compresión. Uso inflables que rescato de basurales y luego juego calándolos. Me gusta jugar con la casualidad del material.
—Lo curioso es que tu trabajo reivindica un material actualmente tan criticado...
De hecho, a mí me preocupa el tema del medio ambiente. Pero a pesar de que hoy esté tan mal visto, creo que el plástico es un material valioso, que se puede convertir en una obra de arte. No busco denunciar el plástico ni tampoco quiero llenar el mundo con él. Es curioso: siempre se habla de que el arte contemporáneo está marcado por lo efímero, y justamente el plástico es el material que más va a perdurar.
Más información:
Lugar: Sala de Proyectos de la galería Lucía de la Puente (Paseo Sáenz Peña 206, Barranco). Temporada: hasta el 30 de diciembre. Ingreso libre.