ALBERTO SERVATEnviado especial a Venecia
La bienal de arquitectura se inauguró oficialmente el sábado 7 de junio, abriendo sus puertas al público y premiando con sus famosos leones de oro y plata a los pabellones que destacaron en opinión del jurado.
Los elegidos en esta oportunidad fueron los trabajos de Corea y Chile, mientras los pabellones de Canadá, Rusia y Francia recibieron menciones especiales. Pero este es solo el comienzo de una gigantesca exposición de arquitectura que bajo el título de “Fundamentals” se mantendrá abierta hasta el 23 de noviembre.
El pabellón peruano seguirá recibiendo a sus visitantes hasta entonces. “In/formal: Encuentros urbanos para los próximos cien años” es el resultado del esfuerzo conjunto del sector público, a través del Ministerio de Comercio Exterior, y de la empresa privada (la Fundación Wiese y El Comercio).Con José Orrego como comisario y Sharif Kahatt como curador, la muestra se presenta en la Sale d’Armi Nord, en el Arsenale de Venecia. Hay un proyecto más ambicioso aun y es llevar la bienal al Perú. Llevar la misma exposición y la propuesta y los debates que aquí se han generado.
MISIÓN CUMPLIDAMarco Aveggio, directivo de la Fundación Wiese, ya conocía la bienal de arquitectura porque trabajó en la presentación peruana en el 2012. Pero en esta oportunidad las cosas cambiaron porque el Perú participa por primera vez con pabellón propio y lo seguirá haciendo durante los próximos años. “No. No es misión cumplida”, señala con firmeza y entusiasmo. “Esto recién comienza porque hemos arrancado una aventura de largo plazo. El próximo año será la bienal de arte, que es otro animal. En los próximos días lanzarán las reglas del juego del 2015 y tendremos que enfrentarnos a ese reto. Tenemos que estar a la altura de las exigencias que nos pongan”.
Para el arquitecto José Orrego, comisario de “In/formal”, también es el comienzo de un trabajo mayor. “La bienal es el gran pretexto para un plan mayor”, sostiene Orrego. “Un plan nacional para llevar al Perú en tiempo real las ideas del mundo entero. Por ejemplo, esta es una bienal histórica porque su propuesta compromete desarrollos urbanos. Y el Perú es parte de ello. Es un gran paso porque demuestra que el Estado y la empresa privada pueden trabajar juntos”.
“Sin duda, es el comienzo de algo que será duradero”, apunta Sharif Kahatt. “No solo se trata de una exhibición de la arquitectura peruana, sino de mostrar que la arquitectura en el Perú tiene valor”.
No ha sido fácil llegar hasta aquí. Las dificultades no han sido pocas, como afirma Aveggio: “Los tiempos han sido muy cortos. Iniciamos las conversaciones a fines del 2012, pero los cambios de ministro y otras circunstancias retrasaban las decisiones. Encontramos el apoyo del Ministerio de Comercio porque se planteó como un tema de la imagen del país. Hasta el momento la situación económica que vive el Perú no se ha reflejado en apuestas por la educación y la cultura, y esta es una oportunidad. Fue difícil convencer a la gente del Estado y a los auspiciadores de la relevancia que podría tener la bienal de Venecia para el Perú. Para mí, estar aquí es el 30% de este trabajo. El otro 70% es llevar la bienal de Venecia al Perú. Una cosa es contarle al mundo entero en qué nivel de desarrollo se encuentra el Perú y otra cosa es llevar al Perú todo lo que sucede en el mundo, para que nuestros estudiantes y profesionales se nutran de ello. Esa es nuestra gran tarea”.
Un papel importante ha jugado también El Comercio, que junto a la Fundación Wiese y al Ministerio de Comercio ha hecho posible la participación del Perú en la bienal. “Los medios de comunicación, al margen de informar, también son medios de diversión y cultura”, señala José Antonio García Miró Miró Quesada, presidente del directorio de El Comercio. “Nosotros como grupo hemos fomentado la educación y la cultura. A través de la bienal daremos a conocer al mundo el talento de nuestros arquitectos y el próximo año a nuestros artistas plásticos. La coyuntura que se presentó para participar junto con la Fundación Wiese y algunas entidades del Gobierno en este proyecto no la podíamos dejar pasar. No lo dudamos dos veces para entrar”, puntualiza.
VEINTE AÑOSEl Perú ha conseguido un espacio en la bienal de Venecia para los próximos veinte años. ¿Qué sigue? “Convencer a la gente que los arquitectos tenemos mucho valor y que podemos aportar mucho a mejorar la vida de los peruanos. Y que debemos participar activamente de la vida política y cultural del país”, nos dice Sharif Kahatt.
“Yo creo que se está generando un movimiento intelectual en el Perú”, afirma José Orrego. “Los arquitectos estamos recuperando un espacio perdido de discusión para proponer cosas. Hoy día en el Perú tenemos una institución formada por arquitectos que quieren cambiar las cosas, que es la Asociación Peruana de Oficinas de Arquitectura. Tenemos en progreso el concurso para el Museo Nacional que quiere recuperar una práctica perdida que eran los concursos de arquitectura. Todas estas pequeñas cosas son parte de un gran todo. Hoy día tenemos la oportunidad de crear un movimiento a través de la arquitectura para recuperar la calidad de los espacios para vivir y mirar a las ciudades como espacios posibles para los próximos siglos”, concluye Orrego.