La edad nunca es un pretexto para abandonar las pasiones, reflejo de ello es el incansable trabajo del artista peruano Carlos Bernasconi, quien, a un año de cumplir un siglo de vida, falleció a los 99 años, dejando obras que eran un reflejo de su vida polifacética cuyo legado deja para la inmortalidad.
Proveniente de una familia sin hombres por tres generaciones, la vida del artista comenzó con un vano intento de aventurarse en el mundo de la medicina como auxiliar del almacén de medicamentos en el Hospital Nacional Dos de Mayo, presionado por su abuelo. Durante su breve estancia en las antiguas paredes del edificio administrado por una monja francesa, el joven Bernasconi descubrió que realmente no quería ser médico; en su lugar, un gusto por el arte empezó a crecer.
Su inclinación por las pinturas y óleos lo llevó a estudiar en la Escuela Nacional de Bellas Artes, donde, después de poco tiempo, decidió cambiar los pinceles por lápices al estudiar Literatura en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Esta nueva aventura solo duró dos años, momento en que, con interés por la cerámica y la escultura, regresó a Bellas Artes en 1945, mostrando así los primeros rasgos de su personalidad polifacética que para sus familiares no sería más que indecisión.
Aunque el arte era considerado inviable por sus allegados, un amigo cercano a los padres de Bernasconi, quien era el grabador de la Casa de la Moneda, lo apoyó enseñándole el arte del grabado en metal, creando así su primera medalla con el rostro de César Vallejo. Tiempo después, esta nueva profesión lo llevó a una Europa que se recuperaba de la Segunda Guerra Mundial, periodo en el que vivía con un dólar diario mientras trabajaba en la Casa de la Moneda de España.
Dentro del Taller
Entre tantas pasiones, encontró en la xilografía una manera de plasmar su admiración por figuras peruanas como José María Arguedas, Augusto Salazar Bondi, Martin Adán, Alejandro Romualdo, Jorge Basadre y otros personajes cuyos retratos detallados se encuentran en el catálogo “Bernasconi” de la exposición retrospectiva del artista en la Galería John Harriman de 2010.
Además de exposiciones de arte, también logró publicar dos libros de cuentos, “El símbolo azul y otros cuentos” y “Historias de vecindad y lejanías”. Aunque antes de su deceso, Bernasconi tuvo que abandonar algunos de sus gustos, como las esculturas de bronce debido al alto costo, conducir su auto en el tráfico y conversar con amigos ya fallecidos como el crítico literario Abelardo Oquendo. “Soy uno de los últimos de mi generación. La soledad es tremenda”. Sin embargo, su taller en el segundo piso del Teatro de Lucía, cuyo nombre se debe a su esposa y primera actriz del teatro, Lucía Irurita, era un refugio donde sus ideas dispersas tomaban forma en nuevas piezas que presentaba en algunas exposiciones.
En su taller aún quedan proyectos por realizar, algo habitual en el artista que no se preocupaba por el tiempo, pues comprendía que siempre faltaría. “A mí me queda poco tiempo. He vivido tanto. Le he ganado a todos, salvo a mi profesor de literatura del colegio italiano Luis Bedoya Reyes, que ya va por los 100. Pero la muerte es algo tan natural…”, declaró en una entrevista con El Comercio dos años antes del fallecimiento de Bedoya Reyes y cuatro antes del suyo.
Último adios
Tras su partida, varios artistas, familiares y allegados se despidieron del artista a través de las redes sociales con mensajes que destacaban la figura del artista, quien continuó realizando lo que más le apasionaba todos los días: arte.
“Lucía, Irurita, Sandra y yo lamentamos profundamente el fallecimiento del más grande artista multidisciplinario Carlos Bernasconi. Extraordinario en todos los ámbitos y como ser humano excepcional. Desde ya, te estamos extrañando. Love you, gatao”, escribió la actriz de teatro e hija del fallecido artista, Cecilia Bernasconi.
Por su parte, el Ministerio de Cultura también se pronunció tras el deceso. “Lamentamos el fallecimiento de Carlos Bernasconi, artista plástico que dio a conocer su arte a través de pinturas, grabados, xilografías y esculturas. Sus obras marcaron una época en la vida cultural del Perú”.
Con casi un siglo de vida, Carlos Bernasconi deja un legado a través de sus esculturas, pinturas, medallas, libros, joyas, grabados y otras manifestaciones. A pesar de haber marcado el camino para varios artistas, como la fotógrafa Ana María McCarthy, el propio maestro no consideraba que su obra tuviera una relevancia mayor: “Hay personas más importantes. No me considero ni importante ni un personaje”.
TE PUEDE INTERESAR
- A los 98 años Carlos Bernasconi demuestra la vigencia y vitalidad de su arte
- Shakira: ¿cuál es la situación familiar que le tiene preocupada y qué pasará en los próximos días?
- Carlos Bernasconi: "Soy uno de los últimos de mi generación. La soledad es tremenda”
- Conoce a la artista peruana que creó una cartera Chanel 10 veces más pequeña que la original
- ¡Ganó la casa! Austin Palao se lleva el premio de artista tendencia en los Premios Heat 2023
Contenido Sugerido
Contenido GEC