En palabras del crítico y curador de arte Max Hernández Calvo, Miguel Andrade Valdez (Lima, 1979) reelabora en “Sobreplano”, su más reciente muestra individual, “las lógicas del Land Art, tematizando los nexos entre arquitectura, escultura y paisaje”. En efecto, esta exposición, que reúne trabajos de diversos formatos producidos por Andrade a lo largo de los últimos cuatro años, explora metódicamente los límites difusos entre objeto, edificación y entorno, centrándose en los tópicos del desarrollo urbano, la transformación del paisaje y la organización social moderna, a través de piezas que pueden entenderse como objetos temáticos y como intervenciones espaciales.
Monumentos absurdos
“La verdad es que tenía como un pendiente –nos dice el artista–, porque estos últimos años he estado analizando distintos elementos de edificaciones importantes. Y lo que veía era que las características de nuestros monumentos son básicamente antimonumentales: chocan contra las reglas básicas de lo que debería ser una escultura pública”. No sin razón, Andrade señala que “la mayoría de los monumentos públicos de Lima, sobre todo los modernos, están hechos por clubes y conmemoran cosas que a menudo no tienen mayor importancia”.
Varias preguntas surgen a partir de este punto: ¿Qué es el espacio público? ¿A quién le pertenece la ciudad? ¿Por qué está esa escultura en el parque si no me representa? “Esas interrogantes fueron el gancho para todo mi trabajo posterior”, acota el artista. La serie de piezas incluidas en esta muestra se abre cronológicamente con un video, que Andrade describe como “un estudio de la forma, los colores y la situación de las esculturas públicas en Lima: un retrato de la ciudad desde sus monumentos”. “Algo que me interesó -advierte- es que las esculturas se parecen. Es como si hubiese una escuela local de escultores abstractos”.
Así es como Andrade empezó a trabajar con el encofrado, una técnica de uso frecuente en la construcción de monumentos, con la que produjo tres de las piezas escultóricas más interesantes de la exposición. “Al tener ciertas limitaciones en la manera de formar el concreto, este método está destinado a entregar una serie de formas similares”. Para el artista, estas piezas son “como el eslabón perdido” de un legado monumental improvisado, “una especie de hipótesis”. Una abstracción, en suma, que trasciende el análisis crítico y deriva con elegancia hacia la especulación.
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Lugar: Galería Icpna de Miraflores (Av. Angamos Oeste 120). Día y hora: Hasta el 6 de diciembre. De 11 a.m. a 8 p.m. Ingreso: libre.