El mundo lo consideraba un misterio, un eslabón perdido. Mas no fue así. El 14 de febrero de 1615, Felipe Guaman Poma de Ayala informa desde Santiago de Chipao, Lucanas, a Felipe III, rey de España, que trabajaba en un proyecto: una historia general que contenía todo lo que pudo aprender y saber sobre el gobierno en los Andes. Según la investigadora y lingüista Rolena Adorno, de la Universidad de Yale, en sus 1.200 páginas y casi 400 dibujos, la crónica tenía dos propósitos: presentar al rey una “relación de la sociedad andina antigua desde el comienzo de los tiempos hasta el reinado de los incas e informarle la profunda crisis en que había sumido la colonización española a la sociedad andina”. Adorno sostiene que sus nuevas investigaciones la han llevado a corregir lo que su maestro John Murra llamó “sociología de la información errada”.
1936 fue un año clave para la obra: Paul Rivet, del Instituto de Etnología de París, publicó una edición facsimilar con la colaboración de la Biblioteca Real de Copenhague. En la exposición, que tiene lugar en el Centro Cultural Inca Garcilaso de la Vega, podrán verse los dibujos tomados de esta edición.
En teoría la “Nueva corónica” se comenzó a tener en cuenta como un documento de información sobre las instituciones políticas, económicas y sociales andinas. El aprecio por los valores intelectuales, artísticos, retóricos de la Corónica comenzó a reforzarse a partir de los años 70 con las investigaciones de Juan Ossio: el testimonio de un hombre indígena autodidacta que manejaba conceptos tradicionales andinos y géneros europeos de expresión literaria y jurídica con la capacidad para entrelazarlos en síntesis coherente.
VIDA DE ARTISTALo que sabemos de su vida, sostiene Adorno, es por su participación en transacciones administrativas coloniales. Es considerado en la actualidad uno de los primeros intelectuales indígenas. Sobre su personalidad y espiritualidad poco podemos decir, manifiesta. Su obra y algunos documentos recientemente rescatados son testimonios de su recorrido: legajos de sus peticiones en reclamo de terrenos de la región de Huamanga (expediente Elías Prado Tello) y los dibujos que realizó para la primera versión de la “Historia de los Incas” de fray Martín de Murúa. Según sus propias declaraciones, Guaman Poma nació después del incanato y dijo tener 80 años cuando terminó su obra. Pablo Macera afirma que era descendiente de los mitmaqkuna, o miembros de una comunidad con privilegios. Sus antepasados habrían sido de Huánuco y migraron en el siglo XV a Huamanga. Su historia está ligada también a Lucanas, donde habría vivido hacia 1560, trabajando como asistente de Cristóbal de Albornoz, de quien obtuvo información para su manuscrito. De 1594 a 1600 sirvió como intérprete y testigo en procesos legales en Huamanga. Litigaba para defender ante la Real Audiencia sus intereses y los de su familia sobre el valle de Chupas en Ayacucho, a unas leguas de la ciudad colonial huamanguina.
Guaman Poma ilustró para Martín de Murúa la primera versión de su historia de 1596. Posteriormente hubo una ruptura entre los dos. En la “Nueva corónica” hay una alusión a su destierro de Huamanga.
Guaman Poma no se consideraba un indio ladino y su postura frente al mestizaje fue radical: sería la ruina de la sociedad andina. La información que el cronista daba a conocer en tanto etnología, costumbres y tradiciones era importante, un gran aporte. Sin embargo, su fidelidad histórica frente a la conquista lo llevó a informar con ambigüedad, sostiene Adorno.
Sin duda es su obra una reescritura de la historia andina, también de su conquista. No solo es atrevida y realista, es compleja y sombría. En la penúltima página hay una frase truncada y anuncia su visión anticipada a un destinatario que no se nombra. Los refranes y lamentos del autor: “escribir es nunca acabar”, “no hay remedio en el mundo” han tenido resonancia mundial. El enigmático mapa es lo central de su obra, presenta su conceptualización del fin de la historia, el cumplimiento del destino histórico de las Indias del Perú. Y no es utópica. Sutil, matizada pero contundente, es el registro de una mancha histórica que no se puede borrar. Monumental.
MÁS INFORMACIÓNCAMINA EL AUTORExposición por el IV centenario de la “Nueva corónica y buen gobierno” de Felipe Guaman Poma de Ayala. Curaduría de Gredna Landolt y Alonso Ruiz Rosas. Va hasta 16 de agosto. C.C. Inca Garcilaso (Jr. Ucayali 391, Lima)
CONFERENCIAS22 de junio: Pierre Duviols, 7 p.m.24 de junio: Juan Ossio, 7 p.m.30 de junio: Carlos Garatea, 7 p.m.8 de julio: Rocío Quispe-Agnoli.Clausura.