“Creo que para comentarte mi propuesta tengo primero que invitarte dos o tres cervezas”, bromeó hace cuatro meses Luis Matías Santos a Juan Peralta, quien por entonces era el jefe de Exposiciones y Colecciones del Museo de Arte Contemporáneo (MAC). Ambos estaban en el pequeño taller del escultor español cuando este soltó su idea: “Quiero hacer un barco muy grande”.
A Santos no le importaba dejar de lado su estilo de esculturas abstractas hechas con papel. Él quería, por lo menos por un momento, jugar a construir una nave. Y valía la pena arriesgarse a pedir un espacio para hacerlo.
“Hacer un barco de papel es algo muy simple, pero que carga una simbología muy fuerte. La mayor parte de los intercambios culturales que ha habido en esta tierra se ha hecho a través de barcos: desde mis antepasados, las migraciones de los chinos o japoneses hasta la de los esclavos. Pero también está el concepto de arca. En momentos como este en los que sufrimos por seguir castigando y maltratar al planeta, más nos vale aprender a hacer barcos porque quizás los terminemos necesitando”, afirma el artista.
Con la venia del galerista, lo que siguió fue planificar cómo armar la obra. Santos se contactó con este Diario y recibió 50 kilos de periódicos pasados. Con ello se puso manos a la obra dentro de una de las salas del MAC.
EL PAPEL TOMA FORMASantos ha puesto solo dos límites a su arte: trabaja con una sola hoja y con las posibilidades que esta le permite. A partir de ello –y combinando la papiroflexia y técnicas como la del papel estrujado– ha creado esculturas abstractas que suelen tener más de una cara, están llenas de espirales áureas y se asemejan a bulbos y orquídeas florecientes. El acabado dependerá de lo que él esté explorando. “Me interesa trabajar conceptos como el infinito, por lo que algunas de las obras tienen vértices por un lado y vórtices por el otro”, comenta Santos.
Pero su búsqueda no se centra únicamente en la estética. Para él, sus creaciones deben tener movimiento y la capacidad de adaptarse. Ejemplo de ello es “Metamorfosis”, pieza hecha con papel kraft que hoy por hoy se exhibe en la muestra homónima que alberga el MAC. “Es tan maleable que desplegada puede medir cuatro metros por diez de largo, mientras que doblada cabe dentro de mi mochila”, acota Santos.
La versatilidad de “Metamorfosis” no termina allí: también puede adoptar la forma que se desee y convertirse en una capa, una cueva o una pared. La imaginación es su único límite.
¿Existen hojas de papel de grandes dimensiones? ¿Cómo es que el papel kraft aguanta tanto doblez y manipulación? En el Perú es casi imposible conseguir grandes bobinas de papel, por lo que Santos debe construir sus propios folios. Él junta varios pliegos y los somete a un tratamiento especial del que prefiere no hablar mucho, aunque sí se anima a decir que de la fórmula mágica destacan diferentes tipos de pegamentos y parafina.
CONSTRUYE LA NAVESegún Google, si uno sigue la técnica del origami, en doce simples pasos puede construir un barco de papel. Sin embargo, el objetivo de Santos demandaba otros recursos: no es lo mismo maniobrar una hoja que cabe en una mano que otra que mide varios metros. Por ello, el artista creó un nuevo sistema que puso a prueba el domingo pasado.
La jornada se inició bajo el sol de las 11 de la mañana, cuando Santos enrolló la hoja de papel periódico que trabajó casi por un mes, y con la ayuda de seis personas la sacó al jardín del MAC. “Finalmente solo usé 20 kilos [de periódicos donados], que estirados medían casi 100 m2, así que planifiqué todo para que el plegado se hiciera con el papel recostado en el piso”, dice.
En un principio, sin embargo, la construcción no salió como se esperaba. Santos señala: “Esto no lo había hecho nunca, y sobre la marcha vi errores en el tamaño del papel y en la mezcla que fue muy plástica y que necesitó de otros elementos para que se solidificará y quedara más seca”.
Por ello fue que el primer barco construido, que midió 8,5 por 12 metros, tuvo que ser desmontado. Santos replanteó su estrategia, optó por hacerle nuevos dobleces y así obtuvo un navío de 6 por 2 metros, que ya se puede admirar en el MAC como parte de su individual.
“Al terminar, una de las primeras cosas que hice fue mandarles fotos del barco a las personas que me enseñaron papiroflexia cuando era niño. Estaban maravilladas”, concluye el artista.
MÁS INFORMACIÓNLugar: Museo de Arte Contemporáneo-MAC Lima. Dirección: Av. Grau 1511, Barranco. Horario: de martes a domingo, de 10 a.m. a 6 p.m. Entrada: S/10.