Siete son los años en que, según la tradición popular, las parejas llegan a un momento crítico en su relación. Cuando se percibe un estancamiento, se corre el peligro de que el aburrimiento amenace el amor. Y es el cambio, el recorrer nuevos caminos, el ver cosas nuevas lo que refresca los vínculos y mantiene la pasión encendida.
Pasa lo mismo en el museo que alberga las imágenes de Mario Testino. El MATE sabe que, cumplidos siete años de operaciones en su acogedora casona barranquina, no bastan las fogosas imágenes de sus icónicos retratados para conservar firme el vínculo de la institución con su público. Como pasa en la vida de pareja, una relación se construye día a día.
El MATE muestra cifras de visitantes especialmente seductoras: 49.400 personas visitaron sus colecciones el año pasado, lo que representa un incremento del 10% con respecto al 2017. Un éxito que se suma al aumento de un 50% de público con respecto al año anterior.
¿A qué se debe este permanente incremento? Para Rafaela Maggiolo, directora de la institución, se trata de una suma de factores. Desde políticas impulsadas por el Ministerio de Cultura, que propone el ingreso gratuito a los museos el primer domingo del mes (iniciativa a la que se sumaron los museos privados de Barranco), hasta las preparación de una agenda propia más nutrida y variada.
Así, para el 2019 que inicia, Maggiolo promete que el MATE aumentará las exhibiciones programadas, así como el programa educativo y las acciones colaterales que acompañan estas, como son las proyecciones y conferencias. “Desde que fue creado en el 2012 por Mario Testino, la misión del MATE es la de convertirse en plataforma de fomento de las industrias creativas en el Perú. Desde su inicio, la idea es que el museo se perciba como un espacio abierto, donde ocurren cosas para todos”, explica. Entre esas cosas nuevas por ocurrir, apuntemos la creación del premio MATE de arte contemporáneo y el lanzamiento de su propio programa de residencias para artistas a anunciar próximamente.
CAMBIOS Y PERMANENCIASLuego de tres años de exposición, toca la renovación a fin de año de la colección permanente del MATE, cambios dirigidos personalmente por Mario Testino y su equipo. “Cuando Mario toma la decisión de crear el museo, ideó la colección permanente como una manera de atraer público internacional. Luego se dieron cuenta de que no existía un lugar donde podía verse su inmensa obra. Por eso se pensó en hacer un cambio de la exposición permanente cada tres años. Pero MATE es mucho más que su colección permanente”, advierte Maggiolo.
De hecho, una de las salas más visitadas por el público es la dedicada al proyecto Alta Moda, investigación que aún continúa el fotógrafo limeño sobre la indumentaria cusqueña, con retratos contemporáneos sobre los fondos utilizados originalmente por el maestro Martín Chambi en su estudio. “La sala Alta Moda es un 'hit' entre los visitantes extranjeros. Para ellos sigue siendo la preferida”, explica. Junto a la sala dedicada a los retratos de la princesa Diana, la colección Alta Moda ocupa dos nuevas salas en la segunda planta, y mantienen una afluencia enorme de visitantes. Por cierto, el libro de esta muestra es el 'best seller' de todos los proyectos editoriales del MATE, y ya cuenta con una segunda edición.
CONEXIÓN CON EL PERÚComo señala su directora, a lo largo de estos siete años la institución ha sabido definir el concepto respecto al tipo de artista y el tipo de mensaje con el que quiere vincularse. “Al MATE le interesa traer artistas contemporáneos que son hoy relevantes o que están en un momento de despegue”, explica.
“En su proyecto de mostrar el Perú al mundo, Mario utiliza su capacidad para atraer a los artistas internacionales para que aprecien el talento peruano, para que miren nuestra historia y nuestras tradiciones. MATE asume ese propósito no solo en su trabajo educativo, sino en exhibiciones que motiven a los artistas invitados a producir localmente”, señala Maggiolo. Ejemplo de esta intención fue, por ejemplo, la presencia de la neoyorquina Katherine Bernhardt a inicios del año pasado, impresionada con el imaginario precolombino, o el brasileño Eli Sudbrack, muy interesado en el tema textil, que desarrolló una serie de tapices junto con Elvia Páucar. Actualmente, en la sala MATE Lab se exhibe “Caja de sueños” de la artista suiza Liliane Tomasko, quien presenta pinturas recientes y un mural trabajado a partir de su experiencia recorriendo las líneas de Bogotalla en el distrito El Ingenio, en Nasca. Y en abril próximo, Yann Gerstberger, artista francés radicado en México, tras una estadía en la Amazonía peruana, presentará en la misma sala un mural en tiza especialmente para este museo. “Siempre tratamos de que en las exposiciones haya un ingrediente local, y que luego el artista cuente fuera la historia en su trabajo. MATE Lab nos va a permitir tener otro ritmo expositivo, apostando más por lo experimental y la combinación de otros formatos de exposición”, afirma la directora.
También se anuncian cambios en la muestra “Maestros de la fotografía”, que actualmente presenta la obra pionera del japonés Daido Moriyama. Para una nueva edición, se estudia hacer un paralelo que ponga a dialogar la obra de un fotógrafo retratista internacional con la obra de un prestigioso retratista local. Asimismo, se proyecta la realización de una colectiva de fotografía peruana reciente, con la curaduría de Gerardo Chávez-Maza.
Y para terminar con la comezón del séptimo año, el museo anuncia la instalación de un nuevo restaurante, bar y lounge, además de su Bodega MATE, que no debe ser tomada como una tienda de museo, sino una verdadera plataforma de diseño latinoamericano, con mas de 40 marcas de la región.
MÁS INFORMACIÓNLugar: Museo Mario Testino, Av. Pedro de Osma 409, Barranco. Horario: de martes a domingo, de 10 a.m. a 6:30 p.m.