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Cuando leyó por primera vez el guion de “Big Eyes” Amy Adams no se sintió conectada con Margaret Keane. La actriz, quien estaba determinada a interpretar personajes con más confianza después de “The Fighter”, pensó que la historia era una especie de victimización. Pero cuando la volvió a leer, todo se volvió más claro.
“Big Eyes”, la nueva película del genial Tim Burton que protagoniza Amy Adams, cuenta la cuasi increíble historia real del escándalo por fraude detrás de una de las carreras artísticas más comerciales de la historia reciente.
Por años unos populares niños flacuchos con ojos enormes fueron acuñados a Walter Keane (interpretado por Christoph Waltz), quien acumuló una gran fortuna y fama como artista. Años después se reveló que las pinturas eran obra de su esposa, Margaret, quien fue cómplice del engaño por décadas.
“Cuando lo volví a leer no la vi como una víctima para nada”, dijo Adams. “Ella tenía una fuerza silenciosa y una naturaleza cómplice, pero había una sensación de confusión. ... Creo que al principio es fácil tomar decisiones por motivos correctos pero al final uno se puede aferrar a esas decisiones por motivos incorrectos”.
Su primer paso, una vez que terminó de filmar “Escándalo americano” y fue contratada oficialmente para la película, fue conocer a la mujer que retrata. Amy Adams quería saber cosas que no estaban en el guion: ¿tenía hermanos?,¿qué hizo cuando se graduó de la universidad?,¿cómo fue su primer matrimonio?
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LA MUJER DETÁS DE LA PINTURAEn la primera escena de la película del director Tim Burton, Margaret y su pequeña hija escapan de casa. Es una presentación atrevida para un personaje que parece privado de su fuerza en la mayor parte de la película, pero también es algo que no queda muy explicado.
“Quería entender a la mujer antes de que nos conociéramos porque eso ayudaría a darle forma a todo después. Estaba buscando los detalles que me parecía que le darían textura a ese tipo de personaje”, dijo Amy Adams. “Aunque tiene una sensibilidad muy callada, sus elecciones eran bastante atrevidas”.
Keane es una persona intensamente reservada, aunque sí dejó que la actriz la observara mientras la pintaba en su estudio en San Francisco. Adams rápidamente se dio cuenta que lo que le funcionaría más sería observar.
“No es el tipo de persona que te invita a pasar a su casa para que te cuente todo de ella”, dijo Adams.
Aunque Adams había entendido que Margaret Keane no fue victimizada, le sorprendió ver que compartía su punto de vista.
“Todavía tenía un sentimiento de culpa por su parte de la historia, eso era algo que me hizo reaccionar, porque dijo 'bueno seguí la corriente y sí mentí, mucho'. Por las razones que fueran sigue admitiendo que mintió”, dijo Adams. “Se sintió muy manipulada, pero nunca dijo 'no sé por qué Walter me hizo esto'. Ella dice 'no entiendo cómo lo soporté, cómo seguí con esto por tanto tiempo'''.
UNA PERSONA DISCRETALa voz de Margaret era uno de los mayores retos para la actriz, a los 86 años no suena como en su juventud, así que Adams tuvo que improvisar.
“No podría explicar cómo pero hay una mujer en mi vida que es callada y eso me da pavor, y sé que ella sabrá de quién estoy hablando, es de Texas y tiene una fuerza de acero, pero es muy, muy tímida, muy callada”, dijo Adams. “No habla fuerte pero cuando lo hace por supuesto que escucho”.
Amy Adams junto a Tim Burton y Margaret Keane. (Foto: Getty Images)
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Fuera del agobiante deseo de que Margaret Keane estuviera contenta con su actuación, Adams no se sintió nerviosa de presentar esa persona tan privada a las masas.
“De hecho me sentí muy relajada, había algo sobre Margaret que era increíblemente elemental”, dijo.
En el plató la calma de Burton también ayudó.
“No tenía que pretender que era otra persona”, dijo Adams, lo que le permitió profundizar en el personaje. “Siento mucha confianza cuando se trata de trabajo”.
Adams, quien recientemente consiguió una nominación a los Globos de Oro por “Big Eyes”, dijo que trata de no pensar en los premios cuando hace una película, incluso trata de no pensarlo después.
“Simplemente dejas las expectativas a un lado y esperas que la gente disfrute tu actuación. Ya sea que vengan los premios o no, simplemente esperas que puedas comunicar el personaje de una manera en la que el público responda ... eso es todo lo que puedes hacer”.
(Fuente: AP)