Del 29 de mayo hasta el 8 de junio, más de 60 películas inéditas en América del Sur serán proyectadas en el Festival de cine Al Este. Por décimo año consecutivo y en lo que David Duponchel -su director- llama “una lucha para existir”, este evento de cine europeo y oriental reúne a experimentados del rubro independiente en un programa completo de clases maestras, conversatorios, charlas y, por primera vez en su historia, laboratorios de co-producción.
En vísperas de la celebración de este encuentro que incluye cintas galardonadas en diferentes festivales de cine como Cannes, Berlín y Locarno, David Duponchel nos brinda su perspectiva sobre el cine independiente, las producciones nacionales y la ley de cine.
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¿Por qué la cinematografía europea y oriental se ha relegado a la cultura independiente?Pasa por cómo percibimos la imagen, cómo tener una historia un poquito más compleja. El desarrollo de la televisión pagada tampoco ha ayudado a la difusión de estas obras europeas. Hay muy poco espacio donde se pueda difundir. Hay muy pocas salas independientes. Principalmente, son los festivales donde se puede ver ese tipo de películas.
¿Consideras que la poca publicidad también influye?Sí, también es una cuestión de márketing. Las películas comerciales vienen con un presupuesto de márketing que no tiene que ver con el presupuesto de márketing de las películas europeas. Por eso, este festival busca educar a la gente a ver otro tipo de cine; una cine de reflexión, con historias más cerca de ti.
¿Esta reflexión es característica del cine europeo?, ¿qué tienen estas cintas que no tengan las estadounidenses?La interacción con el espectador, favoreciendo su mundo interior. Siempre el cine europeo fabrica expectativas, en las que te hace pensar y reflexionar. Hay un diálogo con el público que no encuentro en el cine 'hollywoodense', que busca más la aculturización de la gente. Y, poco a poco, estamos en eso. La gente no quiere leer, no quiere pensar, no quiere hacer un pequeño esfuerzo. Eso da paso a obras más y más sencillas. Es una propuesta que no tiene función educativa, solo de entretenimiento.
En ese panorama, ¿crees que una película independiente (de bajo presupuesto) pueda ser rentable a nivel comercial?Sí, porque creo que la gente, en algún momento, se va a aburrir de las mismas cosas. Yo le tengo fe a un cine que enseña la diversidad (...). Sabemos que ahora vamos en una calle sin salida, donde nos dan siempre lo mismo; pero, a nivel cultural, estamos entendiendo que hay más culturas que la estadounidense.
¿Todo el cine independiente busca el crecimiento de su público o existe todavía sectores que se resisten?Pienso que sí (todos buscan el crecimiento del público). Por ello, se tienen que crear distribuidoras independientes. El cine independiente no va a existir sin una distribución de ese tipo; con ayuda también de la televisión. Creo que la televisión peruana también debe tomar riesgos y difundir obras nacionales independientes en horas de gran escucha. No podemos ir siempre por lo mismo.
Ante esta situación, el Congreso acaba de aprobar, en primera instancia, la ley de cine. ¿Ves con buenos ojos esta iniciativa?Es una excelente iniciativa. Creo que el cine tendría que tener cuotas. Por ejemplo, pasar 30 películas peruanas y 30 películas extranjeras que no sean 'hollywoodenses' podría ser el inicio para el apoyo del Estado. El éxito no tiene que ser solamente a nivel de la frecuencia. Eso también es un problema. Hay películas que pueden transformar la vida de la gente, pero están excluidas. Hay cosas que no se pueden medir, que son intangibles; y tienen que quedarse en la cultura.
La cuota que mencionas, ¿no crees que es forzar a la industria de los cines a bajar su rentabilidad, dado que las ganancias entre cada tipo de productos varían considerablemente?Es que, en algún momento, hay que forzar. Hay que forzar en el sentido de disminuir un poco el afán de producir solo dinero. Hay una responsabilidad también de la gente; porque si al inicio no se hace nada, esto después se va a volver normal. En Francia, cuando se implementó la política para la danza contemporánea, al inicio también parecía forzado, pero ahora la gente consume la danza contemporánea voluntariamente.
Entonces, ¿crees en el 'forzar' para fomentar la cultura?La situación se ha forzado también del otro lado. ¿Por qué toda esa publicidad de producciones extranjeras en las calles?, ¿eso no es forzar? Yo no quiero que me pongan eso. ¿Por qué veo una publicidad de una película específica? Eso es forzado. La gestión cultural quiere tomar las mismas herramientas que el mundo comercial. Entonces, hay cosas que no quiero ver y a las cuales estoy forzado. No sé cómo se ha llegado a este punto.
Para lograr esa misma publicidad con las producciones nacionales independientes, ¿se está por buen camino?Pienso que hay buenas películas enfocadas en la parte creativa (...), pero se necesita difusión. Por ejemplo, la ley de cine lo que tiene es eso. Así como una película comercial puede aparecer en la pantalla del televisor de tu casa, una película independiente también tendría que tener el derecho a ser difundida en las mismas pantallas.
¿En qué tendrían que mejorar, entonces, las producciones nacionales para merecer esta difusión?Creo que se tiene que mejorar la actuación. Lo que veo es que los actores, en cierto momento, no tienen a dónde ir y tienen que ir a hacer telenovelas. La actuación en las películas y en las telenovelas no es la misma. En las películas se sugiere, y en la telenovela se muestra. Por eso, los pobres actores no saben qué hacer. Lo ideal sería formar más técnicos, tener más estudio; pero veo que poco a poco se está desarrollando, y eso es genial.
DATOEl Festival de cine Al Este tendrá como escenarios a la cadena Cinemark (Jockey Plaza y San Miguel), al Centro Cultural de la PUCP, a la Sala Armando Robles Godoy, al cine Olaya, a la Fundación Telefónica y al Museo Metropolitano desde este 29 de mayo. Las entradas están disponibles en Joinnus.