En un nuevo capítulo de “¿qué pasaría si tal cosa innanimada tuviese vida?”, Pixar nos presenta su última creación cinematográfica: “Elementos”. La película nos presenta a los cuatro elementos tradicionales antropomorfizados para crear un mundo fascinante que desafía al espectador con una pregunta: ¿el agua y el fuego pueden enamorarse? Esta es la primera historia romántica del estudio de animación, pero fiel a su estilo, agregan una capa de complejidad a la narrativa abordando temáticas profundas como la segregación racial y la inmigración.
“Elementos” sigue a Ember Lumen, una joven sagaz perteneciente a una familia de fuego, y Wade Ripple, un emocional inspector de agua. Ambos se encuentran en una metrópolis donde los elementos conviven como etnias separadas. Pero al igual que las grandes capitales en la vida real, los habitantes de fuego sufren el rechazo de los otros grupos debido a su capacidad de destrucción y su condición de inmigrantes. Esto los lleva a autoexiliarse en un barrio marginal a las afueras de la ciudad. Mientras luchan contra el prejuicio y las tradiciones, los protagonistas forjarán una amistad y amor inesperado.
“Mis padres salieron de Corea del Sur a finales de los años 60 y nos establecimos en Nueva York, donde nací yo. Ellos venían de un mundo diferente, y mientras crecía, pude ver cuánto trabajaban en intentar encajar con la cultura del lugar, aún cuando no conocían el idioma y no tenían dinero. Así que ese fue el corazón de todo, entender esa vida y su viaje de un lugar a otro, pero apreciando la cultura y honrándola”, comenta el director del filme, Peter Soh, en entrevista con El Comercio.
Su inspiración trasciende en el filme representándose en la riqueza cultural del grupo fuego. A pesar de enfrentar la marginación, ellos perseveran en mantener viva su lenguaje, tradición e identidad, transmitiéndolos de generación en generación. Además, sus danzas, música y arte son expresiones que resultan cautivadoras.
¿Una historia reciclada?
Por muy fascinante y conmovedora que se lea el origen de la trama, es inevitable que inmediatamente surgan comparaciones con otras producciones de gran éxito como “Zootopia”, “Luca”, “Red” o “Coco”. El arco del romance imposible shakespereano o el coming of age (historia de autodescubrimiento) que trata de las las expectativas de la familia y la búsqueda del propio camino, han sido tópicos empleados por las películas de Pixar recurrentemente.
“Disfrutamos de todas esas películas, pero en realidad no nos inspiramos en ellas. La idea principal vino de mi crianza . Al construir esta historia, tratamos de encontrar un camino auténtico y también hablamos con muchos compañeros de trabajo [migrantes] que habían tenido experiencias similares”, comenta Soh negando la posibilidad.
Pero las comparaciones no se detienen en el guion. La construcción de los personajes y el fascinante universo que los alberga presenta semejanzas con la aclamada “Intensa-mente”, y es lo que genera aún más ruido en la crítica. Los cuatro elementos clásicos —agua, fuego, tierra y aire—, se asemejan a la idea de cuatro sentimientos “elementales” como la tristeza, la alegría, la ira y miedo. Solo que, a diferencia de su contraparte, ser una historia de amor no permite que “Elementos” explote todo su universo, aunque deja abierta la idea para una serie de spinoffs basados en este universo.
El director establece las diferencias de ambos mundos partiendo desde lo visual: “Si bien lo interesante de Inside Out es que antropomorfiza los personajes, estos no son humanos, son criaturas fantásticas. Nadie sabe cómo lucen las emociones. Cuando presenté la idea de personajes nadie sabía a qué me refería. Decían: “¿Cómo puedes personificar el fuego y el agua?”. Pero bueno, ¿qué tal si estuvieran vivos, tuvieran ojos y pudieran hablar? Son personajes antropomorfos, al igual que en Inside Out. Aprecio esa conexión, porque esas son mis películas favoritas, las que te permiten conectarte con algo sin importar tu raza o cualquier otra cosa”.
Ahora sí, respondiendo a la pregunta de si “Elementos” repite una fórmula que asegure el éxito del filme, Soh es firme: “No intentábamos seguir una fórmula, simplemente establecíamos conexiones a través del arte. Entiendo a qué se refieren, pero esto empezó con la pregunta de si el fuego y el agua podrían enamorarse. No se trataba de si “x” cosa tenía sentimientos o algo así. Surgió de un deseo muy sincero”.
Aún así, confiesa que estas comparaciones son un “verdadero honor” y entiende que son algo natural de hacer. “Si la gente se conecta con nuestras películas y también con otras, ¿qué más se puede pedir?”, puntualiza.
Deleite visual
Incluso con los comentarios divididos y los problemas en taquilla (en Estados Unidos se estrenó el 16 de junio), el largometraje destaca en mismo lugar donde las películas de Pixar sobresalen a menudo: la animación. El cuerpo de la protagonista, Ember está compuesto de llamas que parpadean y brillan, pero que conservan su atractiva forma. Por su lado, Wade es presentado emergiendo por una fuga de la tubería como líquido antes de adoptar una forma antropomórfica.
El humor también funciona muy bien gracias a que recae en las interacciones visuales de los elementos. Por ejemplo, vemos como los Tierra, representados en árboles, se hurtan frutos entre sí.; nubes que se desintegran al ser traspasada por un tren, pero que se recompone en segundos; y los Agua que no pueden evitar vivir en una constante inundación de lágrimas debido a sus llantos interminables.
Observar a los elementos interactuar y aprovechar sus habilidades químicas en su rutina diaria es simplemente fascinante. Además, las profundidades, las texturas y los colores vibrantes son un verdadero espectáculo tecnológico digno de admirar. Lo niños sobretodo, quienes seguramente están menos interesados en arcos argumentales y arquetipos, disfrutarán de una experiencia inmersiva.
Por último, dentro de las sorpresas que nos depara la película, la más esperada la encontraremos al inicio, con la proyección del nuevo corto “La cita de Carl”. El cual nos permite continuar de la historia de Carl Fredrickson, el inolvidable protagonista de “Up”. En esta ocasión, su inseparable perro Dug lo ayudará a alistarse para su primera cita tras el fallecimiento de su esposa Ellie. Una cálida y sencilla historia que preparará las emociones antes de introducirnos a un nuevo universo visual.
El filme de Pixar se estrenará en la cartelera nacional a nivel nacional este 22 de junio, marcando el regreso de la compañía a los cines luego de tres años de publicar sus películas en plataformas digitales.
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