La guerra entre las casas DC y Marvel es aparente. El reino de Hollywood es suficientemente grande como para que Aquaman le pase la posta a la Capitana Marvel. Todos ganan. Pero a veces pierde el cine. Es lo que pasó con “Batman vs. Superman” (2016), con “Los vengadores: Infinity War” (2018) y, ahora, con “Capitana Marvel”.
El interés de “Capitana Marvel” tenía que ver con que se trataba de la segunda superheroína protagónica que llegaba desde el mundo de fantasía del cómic, después de que DC se adelantara con “La mujer maravilla” (2017). Aún faltaba la réplica feminista de Marvel a la pionera y –a decir verdades– lograda cinta dirigida por Patty Jenkins.¿Pero qué es lo que no funciona en “Capitana Marvel”, firmada por el tándem de Anna Boden y Ryn Fleck? Para empezar, un guion sin un tono propio y, sobre todo, confuso, que no sabe desarrollar a su personaje principal. Es indudable que Brie Larson es una actriz de enorme talento. Aquí, no obstante, está desaprovechada como una mujer que vive con una raza de otra galaxia, y que debe recuperar su memoria en el planeta Tierra.
El tema de las identidades está por todas partes. Carol Danvers (Larson) cree pertenecer a la raza de los Kree y tiene el sobrenombre de Vers. Hasta ahí todo luce como un capítulo de “Star Wars”, con Jude Law en el papel de una especie de maestro Yoda llamado Yon-Rogg. Pero el tono serio se troca por uno cómico cuando Vers cae por accidente en la California de los años noventa. En ese tono de comedia es donde mejor le va al filme. Sobre todo, por Samuel L. Jackson, un actor demasiado astuto y experimentado como para no saber que, si la película no tiene rumbo, es probable que él pueda salir mejor parado que el resto. Jackson, como el policía Nick Fury, parece que estuviera divirtiéndose como cuando interpretó a Jules Winnfield en “Pulp Fiction” (1992), de Quentin Tarantino.
Los que esperábamos un manifiesto feminista, terminamos viendo unos ‘sketches’ donde Fury y su mascota –el gato Goose– se llevan la atención. Pero las partes seudodramáticas, donde la narración avanza dando tumbos de la mano de la Capitana, son las que abundan: “Vers”, mientras escucha los discos de Nirvana y reparte patadas a algún villano, debe recordar que en el pasado fue una aviadora del Ejército llamada Carol.
El problema es que el tema de la identidad de Vers/Carol se trabaja de una forma muy superficial. No pasa de la anécdota: la muchacha que interpreta Larson tiene una vaga amnesia, mientras Jude Law y los Kree quieren recuperarla. Es entonces que, de forma fugaz y totalmente explícita, el machismo aparece de la mano de un ‘flashback’ machacón (lo que sigue es un spoiler), cuando, de niña, su padre le decía que no podía jugar los deportes reservados para los varones.
Mientras que Patty Jenkins en “La mujer maravilla” supo imaginar un universo de amazonas guerreras multiculturales y multirraciales, donde Gal Gadot hacía frente al machismo con una especie de moral superior llena de inocencia al estilo de Nietszche, en “Capitana Marvel” solo tenemos a una chica a quien su propia memoria perdida no parece preocuparle demasiado.
Es cierto que la Capitana Marvel se rebela a su maestro Kree. Luego recibe la tutela del Sr. Fury. En el camino, descubre que los supuestos enemigos –los Kree– son las verdaderas víctimas. Un juego de disfraces donde la heroína no es más que eso, un disfraz que también cambia de colores. Con una fotografía sin un concepto estético definido, con un estilo televisivo y acartonado donde no asoma ningún riesgo artístico, “Capitana Marvel”, sin pasión ni ideas, no deja de aburrir y se desinfla por completo.
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Título original: “Captain Marvel”.Puntuació: 1.5 / 5 Género: fantasía, acción. País y año: EE.UU., 2019. Directores: Anna Boden y Ryan Fleck. Actores: Brie Larson, Samuel L. Jackson, Ben Mendelsohn, Jude Law, Annette Bening.