El filme “What Price Hollywood?” (“¿A qué precio, Hollywood?”) se estrenó en 1932, pero su mirada cruda y crítica sobre el mundo del cine sigue siendo vigente y pertinente. Un combo explosivo vertebra su relato: una camarera que desea triunfar como actriz (Constance Bennett), un realizador alcohólico (Lowell Sherman) y los celos de un millonario (Neil Hamilton). La visión fatalista de la película se materializó bajo el mando del extraordinario director George Cukor.
“What Price Hollywood?” tiene conexiones con otros clásicos. Por ejemplo, con la inolvidable “Sunset Boulevard” (1950), del director Billy Wilder, que también ofrece una mirada tan feroz como brillante sobre esa inmensa destructora de almas que es la industria audiovisual. En su primera secuencia, el cadáver de un guionista flota en la piscina. Luego su voz en off introduce al espectador en el relato desde el más allá.
Otro nexo tiene que ver con “A Star Is Born” (“Nace una estrella”, 1937), de William A. Wellman, que aborda una historia parecida a la de “What Price Hollywood?”: una muchacha (Janet Gaynor) llega a Los Ángeles dispuesta a alcanzar la gloria como actriz. Mientras lo intenta, ella trabaja como camarera. Las puertas recién se le abrirán cuando reciba la orientación y la ayuda de una estrella (Fredric March) que ha entregado su existencia al alcohol.
Una fórmula había tomado forma. Hollywood ya tenía debilidad por el reciclaje y recurriría a ese esquema narrativo una y otra vez.
FLUIR CON LA MÚSICALa segunda versión de “Nace una estrella” apareció en 1954. Esta vez optaron por ir a las fuentes: contrataron a George Cukor para que se hiciera cargo de la dirección. Nuevamente, el maestro no defraudó. Aquí la novedad fue la incorporación del musical. Entonces, desde su papel protagónico, Judy Garland actuó, cantó y bailó para la posteridad.
La tercera versión de “Nace una estrella” llegó en 1976. En esta ocasión, el rock copó buena parte de su banda sonora, en sintonía con algunas manifestaciones contraculturales de esa convulsa década. Los personajes de Barbra Streisand y Kris Kristofferson estelarizaron una relación tan pasional como desesperada y angustiada, como si los procesos creativos potenciaran los demonios interiores de los protagonistas.
TODO ES CÍCLICOY llegamos a la cuarta versión de “Nace una estrella”. Aquí Lady Gaga actúa y acapara la atención con una apariencia lejos de la estética exuberante y desconcertante de su carrera como cantante. Había que lucir natural para que sea creíble el cuento de una chica que necesita el empujón de rigor para vencer sus miedos y lanzarse al ruedo musical.
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Gaga está acompañada por Bradley Cooper, quien, además de actuar, dirigió y participó en el guion. El personaje de Cooper se deslumbra con el talento de su futura compañera en una noche de borrachera.El country y el pop son los sonidos predilectos de esta ópera prima de Cooper en la realización de un largometraje. Tanto él como Gaga están en la mira de las nominaciones a los premios Óscar que serán entregados el 24 de febrero del 2019.
Si bien este es el primer papel protagónico de Gaga en el cine, ella está curtida en la actuación. Incluso ya ganó un Globo de Oro. Fue en el 2016, cuando la premiaron en el rubro de Mejor Actriz en una Serie Limitada gracias a su desempeño en la tenebrosa “American Horror Story”. Ahora ella se enrumba hacia la estatuilla dorada.
OTRAS DUPLAS DE LA PANTALLA GRANDE“Once” (2007)Dos talentos sobreviven en Dublín en este cálido filme irlandés estelarizado por Glen Hansard y Markéta Irglová. Él busca ganar un dinero extra tocando en las calles, y ella nunca ha mostrado públicamente sus composiciones. Todo cambia cuando se conocen y unen sus esfuerzos (también nace el amor, desde luego). “Once” ganó el premio Oscar a Mejor Canción Original.
“Empezar otra vez” (2013)Un productor caótico y venido a menos pero con un gran oído (Mark Ruffalo) es cautivado por la voz de una chica (Keira Knightley) a la que le acaban de romper el corazón. Él le propondrá grabar un disco. Las actuaciones carismáticas de Ruffalo y Knightley arrollan. Dirigió la película John Carney, el mismo realizador de “Once”.
“La La Land” (2016)A este buen filme se le puede criticar muchos aspectos, más si su director Damien Chazelle procedió con un saqueo y reciclaje a diestra y siniestra de las escenas icónicas del género musical. Pese a ello, “La La Land” tiene corazón. Esto se evidencia en varias de sus escenas despojadas y sentidas, en las que simplemente Ryan Gosling toca el piano y Emma Stone embelesa con su voz.