A Kevin Costner no le basta su nombre y sus premios para sacar adelante proyectos en Hollywood, además tiene que invertir sus millones y aguantar las negativas de los estudios, que dudan de que los dramas que le gusta contar al actor sirvan para hacer dinero.
Ese fue el caso de su última película, “Black or White”, que pasó sin pena ni gloria por taquilla luego de su estreno en enero en EE.UU. y es también la razón de que la gran producción que tiene entre manos, un western de 10 horas que concluye con una película, esté en veremos.
“Podría ser una historia épica muy larga y hermosa sobre Estados Unidos”, dijo Costner, un amante del género del oeste. “Está hecho y listo para empezar”, agregó el artista, quien admitió que le está suponiendo una lucha conseguir los apoyos necesarios para que el relato pase del papel a la pantalla.
“A los estudios no les convence, no creen que los mercados internacionales quieran ver 'westerns' y tienen reservas para hacer películas del oeste originales. Pueden hacer 'remakes' porque piensan que la gente ya conoce esas películas”, manifestó.