Dicen que Tchaikovsky se inspiró en los cisnes que vivían en el pueblo donde pasó gran parte de su niñez. La tradición cuenta que, a través de su ventana, él veía llegar, volar y nadar a estas majestuosas aves que se reunían para disfrutar del estanque artificial que se había creado en la pequeña Vótkinsk. Esas imágenes jamás se le borrarían de la mente y le servirían al compositor para cumplir el encargo del Teatro Bolshói. Nadie, y menos con el fracaso del estreno del ballet en 1877, se imaginó la trascendencia de su obra.
Lo cierto es que desde hace mucho que “El lago de los cisnes” es parte de la cultura popular. No deberían quedar dudas. Más allá de las puestas en escena que se suelen montar en casi todo el mundo –en Lima, la historia se repondrá mañana de la mano del Ballet Municipal de Lima en el Teatro Municipal–, y del supuesto récord de que cada cinco segundos se escucha en alguna parte del globo su característica melodía, los cisnes, sus significados y la belleza musical han intrigado a más de un artista.
Una de las referencias más conocidas del clásico de Tchaikovsky es la de “Billy Elliot”. La historia del niño con pocas aptitudes para el baile, que lucha para convencer a su papá de que su camino es la danza clásica, concluye, justamente, en una presentación de “El lago de los cisnes”. La escena: el padre mira fijamente a Billy mientras este logra hacer el salto que tanto esfuerzo le costó.
El cineasta Darren Aronofsky también ha puesto su cuota para que el famoso ballet se convirtiera en un ícono popular. Su filme “El cisne negro” se centra en la búsqueda de la perfección por parte de una bailarina clásica que desea con todas sus ganas protagonizar “El lago de los cisnes”. La tensión y la locura se apoderan de ella cuando ve que su puesto de privilegio es cuestionado.
Las cintas para niños tampoco han sido ajenas a la creación de Tchaikovsky. Quizá la más reciente sea la primera entrega de “Mi villano favorito”, filme en el que el montaje aparece en dos ocasiones. En la primera, las niñas protagonistas interpretan el ballet en un evento escolar, función a la que Gru no puede asistir; en la segunda, su papá sí se da tiempo para verlas y uno de los minions, al poco tiempo de haber iniciado la puesta en escena, rompe la seriedad del momento al cambiar la música. La cinta concluye con todos los personajes bailando “You Should Be Dancing” de los Bee Gees.
Es imposible no mencionar la escena del lago en “Scoop” (2006). Allí, Woody Allen utiliza una de las secciones musicales de la obra para destacar, de un modo cómico, las diferencias de la pareja que conforman la estudiante de periodismo Sondra (Scarlett Johansson) y el millonario Peter Lyman (Hugh Jackman).
—De taquito—La pantalla chica no ha sido ajena a la influencia del clásico. Está, por ejemplo, “Barbie en el lago de los cisnes”, cinta animada en la que una mamá cuenta a su hija la historia de la chica que se convirtió en cisne. Inolvidable es también la versión de “Los Muppets”.
Allí, la rana René presenta al destacado danzante de la antigua Unión Soviética Rudolf Nureyev, quien mira anonadado la peculiar y brusca interpretación de Miss Piggy, con quien se pelea y tiene más de un problema.
Más informaciónLugar: Teatro Municipal de Lima. Dirección: Jr. Ica 377, Cercado de Lima. Estreno: mañana, 7:30 p.m. Días y horas: varios horarios. Entradas y más información: Teleticket.