Daniel Radcliffe, hijo único del agente literario Alan Radcliffe y de la directora de cásting Marcia Gresham, inició su trayectoria artística en 1999, cuando fue escogido para interpretar a David Copperfield para la BBC. Un año después, el productor David Heyman descubrió a Daniel para el papel de Harry Potter, convirtiéndolo en el ídolo de niños y grandes por sobrevivir al conjuro del mago más tenebroso: Lord Voldemort.
“Vi de repente a Daniel, que proyectaba algo excepcional, una combinación de inocencia y espíritu abierto y pensé: aquí está Harry Potter. Dan es curioso, divertido y sin prejuicios”, recuerda Heyman.
Y así se desató el fenómeno Harry Potter. Desde el 2000 miles de fans esperaban cada año el estreno de cada film. Daniel jamás se imaginó que protagonizaría la película y al conocer el resultado de la elección, lloró desconsoladamente. No solo le cambió la vida a él, sino a cada uno de los niños del reparto, como a Rupert Grint y Emma Watson. “Me parecía mucho a Ron cuando leí cada uno de los libros, también tengo una familia numerosa y soy pelirrojo”, dijo Rupert.
Mientras que Daniel comentó que sus amigos estaban enfadados porque habían leído todos los libros de Potter, incluso la versión americana; y él apenas terminó de leer el segundo.
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