Tras el éxito cosechado en 2015 con “The witch” (“La bruja”), el director estadounidense Robert Eggers ahonda en los límites del drama psicológico con “The lighthouse”, película que lleva a Robert Pattinson y Willem Dafoe al límite de la locura cinematográfica.
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Los aplausos que recibió tras su estreno este domingo en la Quincena de Realizadores, sección paralela del Festival de Cannes, confirmó la expectación despertada por una cinta ambientada en una remota isla de Nueva Inglaterra en 1890.
Pattinson y Dafoe son dos guardianes de un faro que se ven atrapados en la zona por las malas condiciones meteorológicas. Dos personajes opuestos a los que el aislamiento, el alcohol y los fantasmas del pasado acaban despertando sus demonios.
El director, de 36 años, había recalcado antes de la proyección que “nada bueno puede pasar cuando dos hombres se quedan solos en un falo gigante”, y la trama lleva al extremo su compleja dinámica de poder y su progresiva caída en los infiernos.
El filme está inspirado en una historia real de dos guardianes que se quedaron atrapados en un faro durante una tormenta. El mayor murió en un accidente y el más joven enloqueció al pensar que le culparían de su muerte.
Eggers se basó en escritos de la época, en canciones y en el dialecto local en busca de una veracidad reforzada con un rodaje en blanco y negro y en 35 milímetros. “Ajustarte a la realidad está bien, es más fácil que inventarte cosas”, dijo este domingo tras la proyección, en la que estuvo acompañado por los dos protagonistas.
Dafoe estaba interesado en trabajar con él desde que vio “The witch” y, con su incorporación, Pattinson confirma que desde que Hollywood le coronara como ídolo adolescente con la saga “Crepúsculo” se siente más cómodo en un cine más oscuro e independiente.
El proceso de rodaje, aseguraron ambos en Cannes, no fue fácil: “Pensaba que me iba a morir”, recordó el segundo al hablar de una escena en la que tuvo que correr por piedras “que parecían cuchillas”.
El equipo tenía máquinas de viento y lluvia, pero no siempre las necesitaron. El aire soplaba tan fuerte en Nueva Escocia “que había momentos en que no podía oírles estando a un paso de distancia”, apuntó el director.
Su mano a mano actoral sella dos de sus mejores interpretaciones, presentadas en una sección de Cannes lanzada en 1969 por la Société des Réalisateurs de Films (SRF) con el objetivo de “descubrir filmes de jóvenes autores y apoyar las obras de directores reconocidos”.
Agencia EFE.