El periódico del Vaticano, “L'Osservatore Romano”, publicó una muy dura crítica sobre la séptima entrega de la saga “Star Wars”, titulada “The Force Awakens” y estrenada el último jueves a nivel mundial.
“Confuso y descentrado” es el título de la crítica --que no lleva firma-- en la que señala que “el único mérito” de la película es “demostrar, por comparación, lo elegante, equilibrada y sobre todo apropiada que era la dirección de los capítulos precedentes”.
“'The Force Awakens” parece más un reinicio que una secuela. No un reinicio con clase, como pueda ser el 'Batman' de (Christopher) Nolan, sino una actualización doblegada a las modas del momento y a un público más acostumbrado a las pantallas del ordenador que a las salas cinematográficas“, reza la nota.
Asimismo criticó la dirección de J.J. Abrams, “modulada al más descuidado cine de acción actual, por el efecto contiguo al mundo del videojuego”.
“En las secuencias de acción pura y simple, crucial, es más bien eficaz, pero por lo demás, consiste en una grabación comprometida con un dinamismo gratuito y el abuso de los primeros planos que corroen gradualmente la fuerza de los personales y la envergadura épica de la historia”, señala L'Osservatore.
Tampoco es “convincente” para el diario de la Santa Sede “la elección tan anunciada de volver a las ambientaciones reales” ya que, según apuntó, “son a menudo anónimas y de escaso valor dramático”.
Pero el aspecto en el que “Star Wars: The Force Awakens” falla de “un modo más clamoroso” es en “la representación del mal, en el diseño de los personajes malos”.
“El homólogo de Darth Vader, Kylo Ren, lleva una máscara evidentemente con la sola razón de emular a su predecesor. Mientras, la figura que debería sustituir al emperador Palpatine como encarnación del mal supremo representa el más grave defecto del filme”, critica.
En definitiva, “Star Wars: The Force Awakens” de esta histórica saga de ciencia ficción creada en 1977 por George Lucas es para L'Osservatore Romano “el resultado más soso y hortera que se podía obtener”.
(El Comercio/Efe)