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(París, EFE)
Un álbum de cómic se mete en las botas de Robert Capa para relatar la historia del único fotógrafo que documentó el Desembarco de Normandía empotrado con los soldados aliados desde la playa de Omaha, hazaña de la que solo sobrevivieron unas instantáneas conocidas como “las once magníficas”.
En cien páginas editadas por Depuis en colaboración con la agencia Magnum, “Omaha Beach, 6 jun 1944”, el guionista Jean-David Morvan y el ilustrador Dominique Bertail presentan un particular cómic, a caballo entre la historieta y el reportaje, que este octubre llega a las librerías francesas en su edición de lujo.
El libro se divide en dos partes: una primera con unas viñetas en blanco y negro que camina sobre las huellas de Capa antes, durante y después del famoso ataque aliado a las tropas de la Alemania nazi; y una segunda con un amplio texto acompañado de fotografías de época que traza la biografía del fotoperiodista, nacido en 1913 en Budapest como Endre Erno Friedmann.
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“Lo dibujé muy rápido. Por el contrato, pero también para intentar encontrar la misma urgencia y energía que Robert Capa cuando hizo esas fotografías”, explica Bertail, dibujante normando y uno de los artífices del peculiar álbum de cómic, el primero de una serie sobre la agencia Magnum.
Dos fotógrafos obtuvieron permiso para viajar con los soldados estadounidenses durante el ataque aquel 6 de junio de 1944, Bob Landry y Capa.
Pero solo el húngaro, pertrechado con una cámara alemana Contax II, dos objetivos de 50 y uno de 35 milímetros, decidió bajar del barco con los uniformados para lanzarse a la conquista de la playa en la primera ola del desembarco, la más mortífera y la que con tanto realismo plasmó Steven Spielberg en los primeros minutos de “Salvar al soldado Ryan”.
Capa, que por aquellos días descorchaba botellas en el París ocupado con su amigo y literato Ernest Hemingway, a quien había conocido durante la Guerra Civil española, dejó un cheque en blanco para pagar el alquiler de su habitación y se lanzó a capturar una batalla que, si bien marcó el inicio de la derrota de los nazis, se reveló más calamitosa de lo que se esperaba.
Cuando los barcos estadounidenses comenzaron a perfilarse en el horizonte, los aviones aliados habían descargado 1.200 toneladas de bombas. Pero la falta de pericia en los bombardeos, la mala información de los servicios de inteligencia, los errores de navegación y las malas condiciones meteorológicas convirtieron aquel ataque en una carnicería.
LA HISTORIA DETRÁS DE LA IMAGENHasta 132.500 hombres participaron en el desembarco. Entre ellos Capa, que pasó unas dos horas en la arena de la playa, peleando para lograr instantáneas de calidad entre el humo y a pesar de que la poca luz dificultaba el trabajo del fotógrafo.
Finalmente, el fotorreportero envió cuatro carretes a la oficina de “Life” en Londres, y en la revista decidieron no decirle que un problema de secado en el laboratorio había echado a perder casi todas las fotografías.
Solo sobrevivieron “las once magníficas”, instantáneas borrosas y desenfocadas que, a pesar de su pobre factura técnica, se cuentan entre las fotografías más aplaudidas y reproducidas de la historia.
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Entre ellas la titulada “Face in the surf”, donde se ve al soldado Huston Riley en el fragor de la batalla, arrastrándose por la orilla con la cara pegada a la arena.
El propio Capa retomaría con humor aquel episodio en su autobiografía, que tituló “Sligthly Out Of Focus” (Algo desenfocado), uno de los libros que les sirvió de documentación a Morvan y Bertail para producir el cómic, así como películas de época, grabaciones de soldados alemanes o visitas a la propia playa normanda.
El álbum, en formato apaisado como si fuera una fotografía y con un desplegable de cuatro páginas en el centro para recuperar “la amplitud de la batalla en 180 grados”, abandona el cómic en la página 55 y se transforma en un texto biográfico sobre Capa, que fundó la prestigiosa agencia Magnum Photos en 1947.
Nacido en Budapest, en el seno de una familia de origen judío en una Hungría imperial en descomposición, el fotógrafo vivió en Berlín, Copenhague, París o México. Trabajó después en la Guerra Civil española, donde murió su esposa, Gerda Taro, aplastada accidentalmente por un tanque republicano en la batalla de Brunete.
Capa también murió joven, al pisar una mina al sur de Hanoi durante la guerra de Indochina, el 25 de mayo de 1954, a las 15.10 hora local.
Tenía 40 años y dejó tras de si una modesta habitación en París, varias trajes y camisas y muchas deudas de juego, además de un legado de 22 años de carrera y 70.000 negativos.
El último de ellos, capturado con la Nikon que llevaba al morir, fue su única fotografía en color, conocida como “Arroz Amargo”, y es la imagen que sirve de cierre en “Omaha Beach, 6 jun 1944”.