Los siete ensayos. El gobierno de Velasco Alvarado. Sendero Luminoso. Las protestas antimineras. Para Aldo Mariátegui, estos son los pilares y los frutos de una ideología de la cual es el principal inquisidor, algo que queda claro en el libro que presenta hoy en sociedad: El octavo ensayo. Directo y punzante como suele ser, califica a la izquierda peruana como “una peste” en la entrevista que sostuvo con Somos.
Una cosa es la ideología de izquierda, y otra, lo que ha pasado en el Perú. ¿Acaso está mal que, por ejemplo, los jóvenes simpaticen con este pensamiento, bien sea escuchando la trova de Pablo Milanés o identificándose con los antimineros?
Sin duda, ser de izquierda cuando eres joven te da personalidad, te pinta como rebelde y todo eso tiene su atractivo. Pero también puede ser algo muy dañino. Mira la cantidad de jóvenes ilusos que han sacrificado su vida en el altar de la izquierda. Cuánta gente se ha matado o ha hecho daño.
Es que este es un país en donde aún existen demasiadas desigualdades...
Pero mucha gente de izquierda es de muy buena condición económica a la que le da la culpabilidad cristiana recién cuando se entera de lo que pasa en el país luego de entrar a la universidad.
La derecha también ha cometido excesos en la historia.
Pero no ha tenido una presencia extrema en el Perú, salvo con Sánchez Cerro. Acá no ha habido fascismos, neonazis ni antisemitas.
Entonces tu problema es solo con la izquierda peruana.
No me gusta la izquierda en general. Ni los hermanos Castro en Cuba, ni Mao, que atrasó enormemente a China. La izquierda, o destroza las cosas o genera las condiciones para grandes desgracias. Ha sido una peste.
¿Es un diagnóstico analítico o algo más personal?
Desde Velasco hasta Sendero Luminoso y los antimineros de ahora, he sentido a la izquierda jodiéndome toda la vida. Por eso el libro tiene una carga personal muy fuerte.
¿No le reconoces ningún valor a la izquierda?
No.
¿Y a los personajes que la encabezaron, como tu abuelo?
Mariátegui fue ejemplo de esfuerzo y superación. Pero me daba que hacer cómo hablaba con tanta suficiencia de los problemas del interior del país cuando él en su vida solo viajó a Huancayo. Conocía más Europa que el resto del país. Era parte de la Lima criolla.
¿Y del resto?
Javier Heraud fue un gran poeta, se preocupaba por los demás, pero de forma equivocada. Creo que Alfonso Barrantes ha sido el político más exitoso que tuvieron, pues ganó una elección. Y él sí fue bien considerado, no como Susana Villarán. Hugo Blanco también me parece un personaje muy simpático, destacado, con quien he conversado mucho, aunque nunca me devolvió unos libros que le presté.
¿Qué debió haber hecho la izquierda en el Perú?
No haberse metido a ser parte del gobierno de Juan Velasco luego del golpe militar del 68, ni celebrar la toma de los medios de comunicación. Esa no era la manera de apoyar los cambios.
En tu libro sindicas que Velasco es uno de los grandes responsables de las desgracias del Perú. Para muchos seguro habrías preferido a Pinochet...
No, yo habría preferido que en las elecciones del 62 ganara Haya de la Torre, quien fue el vencedor legítimo. Pero esa es la caricatura típica de la izquierda. Cuando le discutes algo, se van a la falacia del absurdo. Nadie debe apoyar un golpe, ni la derecha ni la izquierda. Los militares son como los guachimanes de la casa. Ellos están para cuidar, no para mandar.Lea la entrevista completa en la edición de mañana de la revista Somos.