Intentar explicar las altas cifras de ventas que lograron novelas como “Bajo la misma estrella” o “Ciudades de papel” nos obliga a recurrir al inicio de la carrera literaria de John Green.
El debut del escritor estadounidense fue en 2005 con la novela “Buscando a Alaska”, una historia dirigida al público adulto- joven que bien podría decirse fue una gran carta de presentación.
Miles, un intrépido adolescente que vive en Florida, es inscrito en un internado llamado Culver Creek. Fuera de su ciudad de origen, el protagonista de la historia ingresaría a un mundo en donde las aventuras, el amor y la amistad serían valores comunes y fascinantes.
'El gordo', como se le apodó a este personaje desde su ingreso al internado de Alabama, conocería a nuevos amigos como Chip Martin (‘El coronel’) y Takumi, pero principalmente a Alaska, “la chica más sexy de la historia de la humanidad”, como él mismo la describe al inicio de su relato en primera persona.
“Ella era hermosa. En la oscuridad, junto a mí, olía a sudor, a luz del sol y a vainilla. En esa noche de luna menguante podía ver poco más que su silueta excepto cuando fumaba (…) Y no era solo hermosa, sino sexy también, con los pechos marcándosele bajo la apretada camiseta de tirantes, las piernas torneadas que se mecían bajo el columpio”. (Página 31).
John Green contó en varias entrevistas que “Buscando a Alaska” incluye detalles de su experiencia personal en un internado. Los elementos que adornan la historia son básicamente tres: el atrevimiento de la radiante Alaska, los cambios que sufre el tímido Miles y las hazañas de sus compañeros de escuela.
El libro se divide en “Parte uno” y “Parte dos”. El capítulo primero adelanta la historia teniendo en cuenta los días que faltan para que un hecho trascendental (que deberá descubrir el lector) ocurra, mientras que el segundo narra lo ocurrido “después” del mismo suceso.
Los mejores momentos de esta novela sin duda están en las aventuras de los amigos del internado. ‘El coronel’ (un adolescente pobre que vive resentido con quienes tienen más dinero) es socio perfecto para un ingenioso Takumi y un comprensivo Miles. Esta especie de ‘pandilla’ intenta superar en travesuras a sus rivales del internado y terminan por enloquecer al encargado del lugar (‘El Águila’).
Alaska tiene enamorado y esto hace que Miles retroceda, pero la fascinación no se reduce, a pesar de que otra mujer aparecería en su camino. Una especie de triángulo amoroso juvenil se convierte en un factor potente que permite continuar la lectura a lo largo de las casi 300 páginas del libro.
“Buscando a Alaska” podría no tener la fuerza de la historia de un par de adolescentes enfermos de cáncer que viven su amor hasta la muerte (“Bajo la misma estrella”, que llevada al cine recaudaría más de US$300 millones de dólares en 2014) o el encanto de un chico que ayuda a su amor platónico a vengarse de su ex pareja (“Ciudades de papel”, a estrenarse en la segunda mitad de este año), pero es una historia inspiradora en la que el amor y la amistad confluyen para cautivar al lector casi de principio a fin.