ENRIQUE PLANAS(Especial desde Antofagasta)
Son voces que claman desde el desierto. Chile, país Invitado de honor de la Feria Internacional del Libro de Lima, desembarca en nuestra ciudad con una delegación de artistas y escritores en su mayoría procedentes de Antofagasta, región conocida tanto por la aridez de su paisaje como por el vigor de su creación cultural.
En efecto, acompañando a escritores tan importantes norteños como Hernán Rivera Letelier, Antonio Skármeta, Lautaro Núñez o Víctor Bórquez, se suman representativos grupos de música y folclor como Puñahue, Trovadores del Sol, y artistas como el cantautor Patricio Maturana. Ellos buscarán compartir en nuestra feria editorial el espíritu de aquella desértica región, rica en salitre y metal.
¿Pero qué define aquel espíritu de hombres del desierto? Para Víctor Bórquez, escritor, periodista y crítico de cine, la región de Antofagasta tiene múltiples voces. Su mirada se enfoca en lo patrimonial, lo étnico, el paisaje árido, como también la vastedad del océano. “Aquí convergen muchas miradas. Es una suerte de resumen de lo que sucede en la literatura nacional”, explica el autor de “Mujeres suspendidas”, libro de cuentos que presentará en la FIL Lima.
Para su colega Lautaro Núñez, la feria limeña ha reconocido los esfuerzos que hacen las instituciones de la región norteña por descentralizar la cultura chilena. “Cada país tiene una identidad horizontal, pero también una identidad vertical. ¿Cómo puede surgir creatividad en un desierto como este? Lo que sucede es que siempre hemos creído que nuestro paisaje es el único paisaje posible, distinto y distante de otros. Podemos ver que las primeras literaturas que surgieron en el desierto tuvieron que ver con las luchas obreras, con el ‘boom’ salitrero y la minería. Todos estos procesos parten de una región en donde no es posible chilenizar el territorio de una manera horizontal”, afirma.
Asimismo, para el escritor y estudioso Domingo Gómez Parra, tanto el paisaje como el esfuerzo por construir vida en medio de la nada se reflejan en una literatura que se caracteriza por enfrentar la soledad y la vastedad del territorio. “No es fácil vivir aquí – afirma –. Por ejemplo, el agua que consumimos llega desde fuentes a 300 kilómetros de distancia. Antofagasta es una de las ciudades más caras de Chile. Hace 150 años que se anuncia un terremoto que nos borrará de la faz de la tierra. ¡Pero nadie se va de aquí!”.
¿Cómo influye en la literatura local que sus creadores vivan en una de las zonas más áridas del planeta? Según Bórquez, el hecho de vivir en el desierto los hace amantes de lo poco que tienen y lo mucho que han creado. “Aquí todo debe hacerse con esfuerzo. Al no haber abundancia de recursos, al aparentemente ser un desierto inhóspito, estamos obligados a demostrar que aquí también hay vida. Este paisaje nos obliga a inventar”.
Sin duda, una característica de la cultura de esta ciudad de 400 mil habitantes es su estrecha relación con el sur de nuestro país. “Estamos mucho más cerca de la frontera peruana que de nuestra capital, por lo que es lógico tender esos puentes. Tenemos un contacto muy fuerte con Arequipa y el sur peruano, tenemos una historia y preocupaciones comunes que nos hermanan. Como creadores estamos más allá de las tradicionales disputas políticas”, afirma Bórquez.
En ese sentido, Núñez apunta: “Yo soy tarapaqueño y mi abuela está enterrada en el cementerio del Callao. Soy resultado de la posguerra. Por eso creo que los libros integran mucho más que la economía”.
Con tales condiciones, es lógico que existan tensiones entre esta pujante cultura regional y la creación representada por la capital del país, parte de la difícil convivencia entre el centro y la periferia. Sin embargo, para María Teresa Cárdenas, editora de la Revista de Libros del diario “El Mercurio”, quien vendrá a Lima para participar en los homenajes al centenario poeta Nicanor Parra, más peligroso que la fricción es la “no fricción”. Ella lo explica: “Como en toda metrópolis, nos pasa en Santiago que no vemos la producción de las provincias.
Tendemos a pensar que Chile es Santiago. Por eso, que Antofagasta vaya como una presencia concreta a la Feria del Libro de Lima es muy importante”.
PALABRA DE MINISTRAA las 11 a.m. de mañana 18 de julio, la 19a Feria Internacional del Libro de Lima abrirá sus puertas en su sede del Parque de los Próceres (cuadra 17 de la avenida Salaverry, en Jesús María). En la ceremonia de inauguración, junto con las autoridades locales, estará presente Claudia Barattini, ministra presidenta del Consejo Nacional de Cultura y las Artes de Chile, quien participa encabezando la delegación de su país. En su despacho en Santiago, a 1.396 kilometros de Antofagasta, la primera funcionaria cultural nos explica que quiere acercar aquellas distancias y reducir el centralismo. “El mejor instrumento de integración, qué duda cabe, es la cultura”, nos explica Barattini.
“Cuando pensamos en el norte de Chile, estamos pensando en un territorio que conecta con Perú y Bolivia. Es necesario pensar proyectos que nos permitan una integración interfronteriza mucho mayor. Tenemos tremendos desafíos. Por eso las ferias del libro son tan importantes. Las potencialidades para trabajar juntos son muy importantes, atendiendo mercados que, en el caso del libro, son enormes”, señala la ministra chilena.
En efecto, para Barattini, resuelto ya todo pendiente limítrofe con el Perú, fortalecer la relación cultural entre ambos países resulta una prioridad. Por ello, no solo llegará a Lima para acompañar la delegación de artistas en la feria, sino que se entrevistará con su homóloga local, la ministra Diana Álvarez-Calderón, para imaginar proyectos específicos por desarrollar en los próximos cuatro años.
“Nuestro objetivo es el aumento de la circulación y la reciprocidad. Queremos que salgan nuestros artistas y que podamos recibir el mayor número de artistas y producciones latinoamericanas en Chile. Eso es ganancia para todos: tanto para nuestros artistas como para nuestras audiencias, que podrán tener acceso a una diversidad que hoy día no existe. Los desafíos en términos de diversidad cultural que permiten estos intercambios son enormes”, añade Barattini.
OTRAS VOCES, OTROS ÁMBITOSSi bien Chile llega dispuesto a animar la fiesta con sus escritores, músicos y una muestra de lo más reciente de su producción bibliográfica a cargo de cuarenta casas editoriales, la Feria Internacional del Libro de Lima tiene este año una oferta cultural especialmente diversa. Partiendo de casa, los creadores locales Alonso Cueto, Marcela Robles, Oswaldo Reynoso, Fernando Ampuero, Abelardo Sánchez León, Jorge Eslava, Gabriela Wiener o Claudia Salazar compartirán con sus lectores sus más recientes producciones.
De Colombia llegan Dasso Saldívar, escritor e investigador de la obra de Gabriel García Márquez, y Jaime Abello, director de la Jorge Franco, ganador del más reciente premio Alfaguara de novela por “El mundo de afuera”.
Entre los invitados también figuran, desde España, el imprescindible narrador Javier Cercas; de Estados Unidos, nos visitará la cronista Susan Orlean, una de las más importantes voces del periodismo. Asimismo, llegará la también norteamericana Valerie Miles, cofundadora de la revista “Granta en español”. Destaca también la presencia del escritor mexicano Jorge Volpi, quien presentará su nueva novela, “Memoria del engaño”, así como el editor y escritor Alberto Ruy Sánchez, director de la revista “Las Artes de México”. Representando a Argentina participan el escritor Eduardo Sacheri y el periodista especializado en rock Sergio Marchi.