La invención del viaje. La huida estrepitosa. En su última novela, “Manual de yoga” –finalista del Premio Novela Breve de la Cámara Peruana del Libro–, Ernesto Carlín emprende la reconstrucción de un espacio que no se nombra, pero en el que, sin embargo, suceden y se encadenan una serie de escenas y situaciones. Los referentes, como ya nos tiene acostumbrados Carlín en sus anteriores trabajos, se suscitan para matizar aquella armazón geográfica y simbólica. “Todo transcurre en un país que en apariencia pertenece a Asia. Pero es algo que no se sabe, que está solo sugerido”, explica. “El tema empezó a coger forma porque reuní mis experiencias como periodista y los viajes encomendados como tal. Uno de ellos fue a Taiwán, aunque la novela no tenga que ver con esa región. Asimismo, me devoré dos novelas gráficas de Guy Delisle, el artista que viene ahora para la feria. Una de ellas fue ambientada en China, la otra en Corea del Norte”, cuenta.
“Cuando estaba escribiendo la novela, volví a ver las películas ‘Perdidos en Tokio’ e ‘Hiroshima mon amour’. Entonces, siento que tanto la novela gráfica como el cine han influenciado en mi escritura”, afirma Carlín.
UNA HISTORIASevilla conoce a Lupe en este viaje suspendido, pero real y ficticio, en el que se ha reunido un grupo de periodistas para realizar un reportaje turístico. Aquel Sevilla es una huella dejada por Bryce, cuando recordamos al personaje cándido y bufón de su cuento. Como dicen, los nombres son escogidos por una razón gramatical en el discurso novelesco. El grupo de personas se dedica a realizar paseos y disfrutar. Sin embargo, la pareja compuesta por Lupe y Sevilla empieza una extraña relación, y enfrentan sus demonios, sienten el vértigo, el desgarro fuera de su país, en una geografía extraña.
La personalidad de Sevilla ayudó mucho –cuenta Carlín–, para configurar la historia como una serie de fragmentos, ya que se trata de un personaje que necesita de una medicación que le da una especie de visión distinta de lo normal. “Poco a poco fui armando los epígrafes, alusivos a la música y a la cultura pop”, sostiene el autor. Estos detalles le dan atmósfera. Sevilla siempre está escuchando música en sus audífonos, “hay un recorrido que la música unifica, una suerte de ‘soundtrack’”, revela.
“Utilicé el itinerario del viaje a Taiwán para ir armando la novela, pero los personajes me forzaron a investigar e inventar otro tipo de desenlaces. Los agentes dentro de la novela se pierden, experimentan sensaciones distintas, fuera de lo común”, anota el escritor.
“Empecé el libro meses después de viajar a Taiwán –cuenta–, acababa de terminar de escribir mi libro sobre Leo ‘Bacteria’ —otrora líder del grupo electro trash-industrial Insumisión—, que había fallecido, y me sentía agotado”. La banda peruana Voz Propia fue capital, porque permitió al autor experimentar lo peculiar de vivir algo agradable en el viaje, pero también calar en sensaciones de melancolía, refiere.
Sevilla, en vez de solazarse con el viaje, termina complicándose en su propia subjetividad. “Los capítulos pares son reflexiones de cuestiones pop, en cambio los impares tienen otro matiz”.
En esta quinta novela, Carlín confiesa haber querido salir del ritmo vertiginoso y de la estética oscura que blandiera en sus anteriores trabajos.
El rock, el cine y el cómic son universos que permitieron a Carlín emprender el viaje hacia la creación y llegar a desconocidos puertos. Porque como dijera el “Aquiles de la escena Manchester”, Ian Curtis, “el pasado es ahora parte de mi futuro“.
MÁS INFORMACIÓN“Manual de yoga”Autor: Ernesto CarlínEditorial: Caja NegraNacionalidad: PeruanaNúmero de páginas: 114