Mientras recuerda algunos pasajes de su vida, Jorge Eslava suelta una frase que resume la feliz etapa por la que atraviesa: “la infancia está tan lejos y a la vez tan cerca de la vejez”. Convertido en abuelo hace cinco años, el educador siente que desde que tiene nietos su escritura ha tomado un nuevo impulso.
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Por estos días su prolífica producción literaria suma cinco nuevos cuentos infantiles que reflejan sus experiencias como 'papapa'. Presentados por diferentes sellos editoriales durante la vigésima cuarta edición de la Feria Internacional del Libro (FIL Lima), llegan a los pequeños lectores “El monstruo de arriba” y “El laboratorio del abuelo” a través de Panamericana; “El parque” y “La ventana” publicados por SM; y “Una banca en el parque” bajo el sello de Peisa.
DE LA REALIDAD A LA FICCIÓN
Antes de escribir su primer libro para niños, Eslava se había dedicado por entero a la poesía. Ya como profesor de los Reyes Rojos, a inicios de la década de los ochenta, ensaya unos poemas para chicos que luego se convierten en el cancionero “Caballo de madera y otras canciones”. “Ese fue mi primer vínculo con la creación de literatura infantil. Años después la editorial Santillana me solicita un cuento y casualmente tenía escrito ”La niña de la sombra de colores“, nacido de la relación con mi hija”, rememora.
Desde entonces han visto la luz docenas de relatos que evidencian la conexión paterno-filial. Hoy, la temática que da vida a estas divertidas historias se nutren del estrecho lazo que significa ver crecer a nietos.“Llevo varios años escribiendo sobre el vínculo del abuelo con los nietos, de la abuela con los nietos y a su vez de los abuelos entre sí. Los libros que voy a presentar son parte de estas nuevas colecciones”, comenta el escritor. ”La ventana“ y ”El Parque“, según tiene pensado Eslava, conforman en realidad el primer libro de tres en dúplex. En total, serían seis historias.
En el caso de “El monstruo de arriba” y “El laboratorio del abuelo”, estos forman parte de una trilogía que pronto se completará con “El huerto de la abuela”. “Una banca en el parque” es, cronológicamente hablando, el inicio de la colección, pues narra el romance inicial de los abuelos. Sobre este último relato, el autor precisa que “lo que he pretendido contar, fabulado por supuesto, es cómo se conocen los abuelos. En la historia ellos se convierten en jóvenes que se encuentran en un parque, en enamorados, luego en padres y terminan en ese mismo parque correteando y chivateando con los nietos”.
SÚPER ABUELO
A sus 64 años, Eslava asegura que puede empezar a hablar de la vejez sin temor, con tranquilidad y con cierta actitud lúdica. “No me gustaría convertirme en un viejito cascarrabias, me gusta la imagen del viejo extravagante”, comenta para luego narrar una anécdota que pinta de cuerpo entero su actitud frente al paso del tiempo: “durante una celebración de vecinos se me ocurrió ir disfrazado de pirata. Caminé desde mi casa al parque, unas tres cuadras. Cuando llegué los niños hicieron fiesta al verme con un pañuelo atado a la cabeza, espada y catalejo en mano. A quiénes le provocó vergüenza fue a los adultos. Esa imagen de viejo pintoresco me divierte”. La anécdota, como muchas otras, se ha convertido en cuento. Para recordarlo y “seguir burlándome de mis hermanos”, afirma divertido.
EL DATO:
Hoy se presentan “La ventana” y “El Parque” en el auditorio Laura Riesco, a las 3 p.m.“El monstruo de arriba” y “El laboratorio del abuelo”, en el Teatrín de la FIL, a las 5 p.m. El domingo 21 de julio será el turno de “Una banca en el parque”, en el Teatrín de la FIL, 5 p.m.