La noche del lunes, en el Teatro Municipal de Arequipa, tras hablar de su oficio literario y leer pasajes de su radical novela “Trainspotting”, el escritor escocés Irvine Welsh confesó algo fundamental: que su país hasta ahora no perdona al Perú haberlo vencido 3-1 en el Mundial de Fútbol Argentina 78 (un gol de César Cueto y dos del ‘Nene’ Cubillas). Luego admitió que ya no consumía drogas por un tema de edad –aunque se mostró interesado, ante la pregunta que llegó de un auditorio lleno, por las posibilidades alucinógenas de nuestra ayahuasca–.
Horas antes, Alberto Fuguet perseguía al arequipeño Oswaldo Reynoso con entusiasmo de fan. Compartió café y amena conversación con el autor de “Los inocentes”, lo cual generó una certeza en el autor chileno: que es increíble que un libro como “Los inocentes” no sea un clásico en toda América. Mientras tanto, a lo largo de todo el día, el fotógrafo argentino Daniel Mordzinski detenía el ya caótico tráfico de la ciudad para armar sus característicos retratos de conjunto, reuniendo al medio centenar de autores convocados por el festival que ayer martes ofreció sus últimas charlas en el Centro Histórico de la ciudad.
Fueron 15.200 personas, donde los estudiantes arequipeños fueron legión, junto con visitantes llegados de Lima, Cusco, Trujillo, así como ciudades de Ecuador y Colombia, los que asistieron a la primera edición del Hay Festival. A decir de Cristina Fuentes La Roche, su directora para América Latina, se trató de una empresa compleja pero que tuvo un espectacular éxito. Por ello, reveló con entusiasmo que tanto el gobierno regional como fundaciones y empresas privadas confirmaron su apoyo a una nueva edición del festival dedicado a la literatura, la creación y el debate de ideas, el próximo año, siempre en la Ciudad Blanca. “La idea era venir para quedarnos. Esta primera edición ha superado todas nuestras expectativas, así que, por supuesto, habrá un segundo Hay. Esperamos estar aquí por muchos años”, señaló.
UN RETO PENSADO EN EL FUTUROYa demostrado el éxito de esta fiesta cultural en la ciudad, el siguiente paso no será solo pensar en la organización de una edición del 2016, sino también desarrollar una serie de proyectos educativos a lo largo del año para niños y jóvenes en las escuelas de la ciudad, como se desarrolla en la empobrecida periferia de la ciudad de Cartagena de Indias, sede latinoamericana del Hay desde hace una década.
Por cierto, hubo dudas al principio: se pensó que los cinco soles que costaba la entrada a cada acto espantarían al público. Asimismo, la ausencia de Vargas Llosa también generó inquietud entre organizadores, auspiciadores e invitados. Sin embargo, resultó evidente que la presencia de una sólida y representativa delegación de autores internacionales y locales cautivó igualmente el interés. Ya se espera que el Nobel peruano acuda en una nueva edición, pues se trata de un fundamental respaldo para la organización del Hay en su ciudad natal.
En ese sentido, para el escritor español Marcos Giralt el Hay arequipeño fue un digno seguidor de otros festivales impulsados por la misma organización, como son el de Cartagena y el de Xalapa, en México. “La organización es igualmente impecable. Y me parece muy oportuna en esta ciudad, pues actualmente la literatura peruana es una de las más relevantes en Latinoamérica. Hacer este tipo de eventos es necesario para visibilizar ante la gente tanto el esfuerzo de los escritores como la idea de que la literatura sigue siendo importante para comprender el mundo y hacernos mejores”, comentó.
Por cierto, el festival también puso a Arequipa en el radar de editores, libreros y agentes literarios internacionales, personajes claves en la cadena de producción del libro. Para Anna Soler-Pont, directora de la agencia literaria catalana Pontas (que acaba de fichar al escritor peruano Renato Cisneros), el talento literario peruano actual está llamado a dar el salto internacional. “Estoy encantadísima de haber llegado a Arequipa para confirmar algo que ya intuía hace un año cuando empecé a preparar este viaje, leyendo la literatura peruana contemporánea. Y un festival como el Hay, sea en Arequipa o en cualquier otra ciudad del mundo, sirve para darles visibilidad”, añadió.