Las chicas quieren vivir de verdad. Y eso significa algo más que encontrar un novio de ojos azules, contar calorías, dejar de fumar y pedir menos martinis en el pub. Leer “Vanity Fair”, “Elle”, “GQ”, “Vogue” y “Cosmopolitan” con la suficiente agudeza para no ser snob. Como posfeminista o, si se quiere, feminista irónica. Mezclar cuidadosas dosis de autobiografía, diario íntimo y ficción para convertirse en Helen Fielding, escritora de 60 años y creadora de Bridget Jones, 'sitcom' en versión literaria que hace 22 años irrumpió a todo nivel, incluso como fenómeno sociológico. Con millones de ejemplares vendidos, tres películas y una fama global, ¿cuál es la distancia que te separa de la escritora anónima de Yorkshire que mandaba sus columnas por correo postal?
“Espero haber conservado el mismo humor ligero e inconsciente con el que comencé a trabajar con Bridget Jones en forma de columna anónima en el periódico 'The Independent' de Londres. Pero a medida que he experimentado más de la vida, creo que estoy invirtiendo en mis personajes y dándoles mayor profundidad a mis historias”, dice. El cerebro detrás de Bridget Jones mueve los labios bajo una bóveda de sillar y es inevitable pensar que quien contesta es la oscarizada Renée Zellweger hablando con acento inglés, cosa que tuvo que aprender para protagonizar la secuela que gatilló su fama.
UN NUEVO FEMINISMOComo inevitable resulta ver en Fielding a la madre de esa especie de subgénero literario británico –la llamada 'chick-lit' o literatura de chicas– que, bajo el sustrato de “Orgullo y prejuicio” de Jane Austen, encontró rebote en escritoras como Meg Cabot, Candace Bushnell y Lauren Weisberger hasta catapultarla como una de las claves de la cultura femenina británica en las últimas siete décadas. Una escritora de semejantes dimensiones, que vende decenas de millones de libros, ¿cómo controla su influencia en la cultura de masas? “Creo que es esencial mantener la integridad de su escritura de ficción y escribir desde un lugar ocupado por la verdad. Una novela es un pedazo de vida y tú escribes sobre la vida como un experimento honesto. Este proceso creativo no está diseñado para controlar o influir. La influencia proviene del hecho de que muchas personas se relacionan con lo que tú estás diciendo”.
Considerando la penetración mundial de tu personaje, ¿crees que la 'chick-lit' solidifica como una segunda ola del feminismo? “Mira, cuando escribí por primera vez 'El diario de Bridget Jones' en 1996, el feminismo era un concepto tomado por intelectuales mujeres tan solemnes que despreciaban a chicas como Bridget, que estaban viviendo la vida, trataban de tener independencia económica, un buen trabajo, llegar a fin de mes, encontrar el amor y ser amadas. Me complace ver que ahora el uso de la palabra 'feminista' ha cambiado. Una ya no es 'feminista' de la misma manera. El deseo de igualdad, respeto e independencia es tan intrépido entre las mujeres que declararte feminista a la antigua sería un insulto para las otras mujeres que te rodean”.
¿Y qué diferencia habría entre este nuevo feminismo y el movimiento #MeToo? “Creo que es importante diferenciar las cuestiones que comprometen el negocio del entretenimiento de lo que ocurre en el mundo en su sentido más amplio, en el desarrollo social al que se enfrentan las mujeres: la pérdida de sus roles en familia, la mutilación, la golpiza y la muerte. #MeToo ha provocado una corrección muy necesaria en el mundo del entretenimiento, aunque en ese sentido todavía hay mucho camino por recorrer”.
RUINAS CIRCULARES¿Y qué piensas del famoso machismo latinoamericano? “El Hay Festival de Arequipa ha significado mi primer viaje a esta parte del mundo y me complace decir que solo vi una gran cortesía y respeto de los literatos masculinos. Sin embargo, las mujeres que hablaron en mis eventos entendieron que el machismo es una de las peores formas de opresión y que es un problema importante para las mujeres en el Perú”.
Sobre qué le ha parecido el país, Fielding responde: “Siempre quise visitar Perú y, sin embargo, nunca lo había logrado, ni siquiera había visitado Sudamérica. Fue maravilloso y un gran honor venir a la ciudad natal de Mario Vargas Llosa. Arequipa me pareció bella, elegante y culta. Con un gran amor por el arte y la literatura y mucho más sofisticada de lo que muchos se imaginan”.
Orgullosa de descubrir que sus libros tienen una considerable audiencia en nuestro país, Fielding dice que nunca deja de escribir. “Actualmente estoy trabajando en una versión especial de Bridget Jones y dos nuevas ideas ambientadas en Los Ángeles, donde pasé varios años”. También cuenta que intercambia divertidos e-mails con Renée Zellweger, Hugh Grant y Colin Firth, y habla de lo “sobrecogedor y asombroso” que le resultó conocer Machu Picchu. “Me inspira mucho esa antigua ciudadela. Me pasaron algunas cosas muy cómicas durante el viaje. Me reí bastante en el tren y me estoy animando a escribir 'Machu Picchu: el musical'. Creo que sería un gran éxito”.