Este lunes, con el de Medicina, comienzan a entregarse los Premios Nobel, que este 2018 tendrán una clamorosa excepción. Y es que nopasaba hace casi 70 años que no hubiese un Nobel de Literatura. La última vez, en 1949, la Academia Sueca señalaba que ningún candidato cumplía los criterios para ser premiado. Años antes, el galardón también había sido suspendido debido a, por ejemplo, las guerras mundiales. Pero este año no habrá premio a las letras por unhecho inédito aunque bastante sintomático: un escándalo sexual en la línea de las denuncias del movimiento #MeToo. Si eso no habla claramente de los tiempos que vivimos, pues qué más.
Quien desencadenó todo este revuelo es el francés Jean- Claude Arnault, fotógrafo y esposo de Katarina Frostenson, miembro de la Academia Sueca del Nobel. En noviembre del año pasado, él fue acusado por 18 mujeres de violación o agresiones sexuales. Arnaulthabría cometido abusos en su club literario y en propiedades de la propia academia. Una especie de Harvey Weinstein de las más altas élites culturales en Suecia. El sujeto purga prisión preventiva, y este lunes 1 de octubre en Estocolmo el tribunal dictó la sentencia en su contra: dos años de prisión.
—Sin medalla—
Más allá del escándalo y el delito, cabe preguntarse qué implicaun año sin Nobel de Literatura. El horror al vacío ha causado incluso que un grupo de notables suecos haya creado La Nueva Academia, queel próximo 12 de octubre entregará un Nobel de Literatura alternativo, para el cual ya hay cuatro finalistas. ¿Sigue siendo el Nobel de Literatura el reputado premio de antes? Para el escritorAlonso Cueto, la discusión se ha desplazado un poco hacia el tema económico. “Cada vez se menciona más el monto del premio. Es algo típico de nuestros tiempos. Aun así, sigue siendo importante porque valora la calidad de un autor. Coelho y Dan Brown no lo van a ganar. En ese sentido, estimula la buena lectura”, señala.
El discutido Nobel del 2016 a Bob Dylan dividió a propiosy extraños, y abrió el debate sobre si el premio debería tomar un curso diferente. Al respecto, la escritora Claudia Salazar Jiménez apunta que si hay algún camino nuevo, esto no debería implicar que nos quedemos sin el premio.“Quizás no tenga la trascendencia de antes, pero sigue teniendo importancia, por ejemplo, para impulsar la venta de los libros de quien ganara”, afirma la autora de “La sangre de la aurora”.
La Academia Sueca ha informado que en el 2019 se entregarán dos Nobel de Literatura en conjunto, para emparejar el piso. Pero suausencia este año, y las reacciones generadas, confirma que no ha perdido relevancia. “Yo lo voy a extrañar –agrega Cueto–. El premio es siempre una sorpresa por las buenas o las malas razones.Nunca nos deja indiferentes. A veces es fruto del azar y todoslos lectores son aficionados a las vueltas del destino. Especulamos que toca un africano o una latinoamericana, un poeta o una novelista.Y todas las especulaciones siempre se equivocan. Todos terminan sorprendidos. La diferencia es que este año no nos sorprenderemos”.
Candidatos al Nobel alternativo
HARUKI MURAKAMI (JAPÓN, 1949) Eterno candidato al premio, pero también uno de los más resistidos. Aunque el autor nipón dijo sentirse honrado por la nominación, pidió ser retirado de la lista para “enfocarse en su escritura, lejos de la atención mediática”.
MARYSE CONDÉ (FRANCIA, 1937)Nacida en la isla caribeña de Guadalupe, Condé es autora de más de 20 novelas y otras obras en las que giran como temáticas principales el colonialismo y las herencias culturales. “Segu” es uno de sus libros más aclamados.
NEIL GAIMAN (REINO UNIDO, 1960)Creador de novelas de fantasía como “Coraline” y de cómics tan elogiados como el famoso “Sandman”, Gaiman podría ser la apuesta disruptiva frente a una mirada literaria tradicional. Los premios y la fama lo respaldan.
KIM THÚY (VIETNAM, 1968)Desde niña creció como una migrante refugiada en Canadá y su obra ha lidiado con esa problemática. Novelas como “Ru” y “Mãn” abordan los pliegues de la nacionalidad, la doble lengua, la identidad femenina, entre otras cuestiones.