El documento lleva el primer escudo del Perú: el sol sale de los cerros ante un mar azul y tranquilo. Flanquean el paisaje una vicuña y un cóndor, y al medio de ambos, luce un árbol bananero. Sobre el papel, el general José de San Martín otorga la libertad a la esclava Juana Maro, en atención a su papel como enfermera en los hospitales del Ejército durante la gesta independentista. Lo firma y fecha: 13 de octubre de 1821.
Como consta en los registros del Archivo General de la Nación (AGN), hasta el 14 de setiembre el histórico manuscrito se encontraba en el repositorio del área colonial. Sin embargo, el pasado 14 de noviembre, cuando la producción del programa “Sucedió en el Perú” de TV Perú solicitó filmarlo para un reportaje, se advirtió que la hoja manuscrita había sido arrancada del folio en el protocolo.
La mañana del jueves, la jefa institucional del Archivo General de la Nación, Luisa María Vetter, dio cuentas a la prensa de las medidas adoptadas para la recuperación del manuscrito. Ante un incidente que ella misma califica de “penoso”, declaró que su jefatura supo del hecho el viernes 16 de noviembre, y que ese día procedió a realizar la denuncia ante la División de Robos de la Policía Nacional del Perú.
Por su parte, Henmer Alva Neyra, procurador público del Ministerio de Cultura, señaló que la investigación se encuentra en la Fiscalía Provincial Penal 53 de Lima, especializada en delitos contra el patrimonio cultural. La policía acudió a las instalaciones donde ocurrió el robo para realizar las pesquisas. Para este delito, el Código Penal establece una pena de 4 a 8 años de prisión, que se agrava si la responsabilidad recae en un funcionario público.
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El robo del manuscrito de San Martín resulta un golpe emocional para la celebración oficial del bicentenario. ¿Se trata de un acto aislado o revela la existencia de una mafia dentro del AGN? Vetter no quiso especular al respecto, y dijo que espera los resultados de la investigación policial. “No puedo determinar si hay mafias o no. El tema está en investigación en la fiscalía”.
Ante la pregunta de El Comercio si era posible revisar en profundidad los fondos para descartar otras pérdidas, la jefa del AGN señaló que mensualmente se hacen revisiones aleatorias, pues resulta imposible buscar documento por documento. “Resguardamos 30 mil metros lineales de archivos. En esta gestión no ha habido, jamás, un documento faltante”, enfatizó.
Hasta hoy, claro.
RAMÓN MUJICA: “LA DENUNCIA ES UN SALUDO A LA BANDERA”
La carta de San Martín es una pieza histórica única, y si no se toman medidas radicales sancionadoras de inmediato, otro robo volverá a suceder. Aquí hay claras responsabilidades administrativas.
Si la jefa institucional del AGN, Luisa María Vetter, no hacía la denuncia, habría encubierto un delito. Ahora tiene que ir hasta las últimas consecuencias, caiga quien caiga. La denuncia por sí sola es un saludo a la bandera. Hay más de un usuario del AGN que en los últimos años ha señalado que no se encuentran documentos, pues parecen estar 'en perpetua restauración'. Solo si una institución del Estado realiza sistemáticamente un cotejo de sus bienes culturales en catálogo con sus existencias, se podrá saber a ciencia cierta si hablamos de un robo eventual o de la existencia de una mafia bien organizada.
En el caso de la BNP, un grupo de trabajadores nombrados se opuso a que catalogáramos las colecciones antiguas alegando que si los ladrones se enteraban de lo que había, después lo robarían. Tal argumento era un sofisma, pues sabían que es mucho más difícil desaparecer un libro o manuscrito fichado en catálogo. Habría que ver qué política de inventario existe en el AGN para saber si hay mafias dentro.
La sangre ya llegó al río.*Ramón Mujica Pinilla, ex director de la Biblioteca Nacional del Perú.