El primer registro de su trabajo disponible en el archivo de El Comercio, dice: “Más de 103 mil [trabajadores] estatales han renunciado. Acogiéndose al programa de beneficios” (19 de noviembre de 1993). Lo que sigue son cinco párrafos donde detalla, según datos de un estudio, cómo se desarrolló la medida del gobierno. Es la clase de nota que nadie lee (más de dos veces), sin foto, pero de importancia suficiente para ir en portada. Y bajo el titular, el nombre del autor: Adolfo Bazán Coquis.
No sería la última vez que ese nombre figure en el diario, sea por notas breves primero, los llamados ‘volteos’, y las de factura propia después, primero como practicante, luego redactor, editor de sección, editor de cierre de portada y, ahora, editor adjunto de Mesa de Contenidos Impresos; todo en treinta años de carrera. Pero esos no son los únicos roles relativos a la escritura que asume, todavía le faltan algunos. Y recién desde este mes, cuando publique su antología de versos “Eres mil y eres Eva” (Ciudad Librera), puede decir que es un poeta.
Escritos en un lapso de tres meses, en esa vorágine que los creadores de letras conocen bien, y generalmente de noche, en el celular y en un parque de su barrio, los versos del periodista convertido en poeta aterrizaron. Es un libro romántico de principio a fin, de esos que difícilmente se editan estos días, con ilustraciones que refuerzan su mensaje de amor. “Es un sueño que he tenido siempre, escribir algo que no sea no ficción. Lo que sí me sorprende a mí mismo hasta ahora es por qué un poemario, creo que ni yo mismo puedo responderme”, cuenta desde una de las salas de El Comercio, por la tarde.
Pero la pregunta permanece: ¿Por qué la poesía? Y sobre todo ¿Por qué poesía romántica? “He escrito algunos cuentos inéditos, tengo algunos versos que he ido acumulando a lo largo de los años. Pero siempre había pensado que mi primera obra literaria podría ser una novela, pero nunca la cometí. Pero este año ha sido duro, difícil, extraño; con muchos quiebres, rupturas y desafíos internos y personales. Quizá estoy empezando a conocerme a mí mismo más que nunca y, creo, eso mismo hizo que brotase de mí esta ansiedad de ‘botar’ cosas en verso”, contó el escritor que asegura haberse deshecho de su coraza en este primer libro suyo, al que considera un hijo, su tercer hijo (tiene otros dos, de carne y hueso).
En el epílogo del libro Enrique Planas, también periodista de esta casa, da a entender el valor necesario para escribir en estos tiempos cínicos del “tema más cursi: el amor”. Y el libro lo que muestra es a un hombre enamorado. “Es una construcción, finalmente, ¿Cuánto de mi hay allí? Supongo que mucho. Hay también algo de ficción”, dijo su autor, que considera a este poemario lo mejor que ha escrito. Lo mejor hasta el momento, porque desde aquí se adivina que hay más obras en camino. Esa novela no se va a escribir sola.
“Eres mil y eres Eva” se presenta este sábado 21 de octubre en la terraza cultural de la editorial Ciudad Librera (Av. San Martín 1095, Pueblo Libre).
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