1. “Escrito a ciegas” y “Arquitectura”Autor: Martín AdánGénero: PoesíaPáginas: 86 y 68Editorial: IsegoríaSiempre es grato y sorprendente volver al universo de Martín Adán. Esta vez, el editor Jorge Valverde lo hace con dos publicaciones claves que, curiosamente, muestran las aproximaciones del poeta a través de dos canales cotidianos y en apariencia superficiales: el de la carta y el del periódico.
“Escrito a ciegas” profundiza en el famoso intercambio epistolar del autor de “La casa de cartón” con la escritora y periodista argentina Celia Paschero. Cuando ella le escribió a Adán pidiéndole unos datos biográficos, este le respondió –con amargura y maestría– con un largo poema que comenzaba así: “¿Quieres tú saber de mi vida?/ Yo sólo sé de mi paso,/ de mi peso,/ de mi tristeza y de mi zapato [...]”. Pero esta edición incluye, además de esas cartas y poemas, imágenes inéditas, documentos y un análisis que buscan salir de lo anecdótico para tratar de entender este asombroso fragmento de la obra de Adán.
El otro volumen, “Arquitectura”, es una recopilación de 18 sonetos del autor que no habían sido editados como libro hasta la fecha. Poemas que en su momento pasaron desapercibidos en un periódico, opacados por el flujo efímero de la noticia diaria, pero que sorprenden por su estructura y sus referencias a la arquitectura, sin ceder en ningún momento a la rigidez. “El eterno que fui soy todavía,/ el todavía atroz de mi esperanza”, escribe un Adán en plena forma y lucidez. Dos libros fundamentales de un titán de nuestras letras.
2. “Contemplación del abismo”Autor: Richard ParraGénero: CuentosPáginas: 154Editorial: Animal de InviernoLa oportuna reedición del primer libro de Richard Parra nos confronta con sus temas sombríos y sucios, como el río Rímac en el que ambienta uno de sus cuentos, de olor “fuerte y ácido”.
Los personajes que recorren estos cuentos andan tan ahogados en el caos y el horror que llegan al punto de no recaer en él: la putrefacción los invade y carcome, sea en la forma de la corrupción, el terrorismo, la miseria u otro de los tantos males del Perú más descarnado.
Y aun así, algunos resisten. “Susana no dejaba que la tocaran. Una vez, un chico la cogió por detrás, pero ella de un cabezazo le rompió la nariz”, escribe sobre el notable personaje de la joven protagonista en el cuento “La Navidad de la niña”. En otros relatos, como en “Motosierra”, hay juegos que parecieran apelar al juego de la realidad y la ficción, pero que en realidad son invención pura, narrativa potente, sin temblores en la mano. El cuento que le da el título al conjunto, sobre un paria en términos políticos, sociales y hasta religiosos, representa bien la esencia del libro: una mirada directa dentro del abismo al que justamente alude. En estas páginas, Parra se anticipaba como uno de los mejores narradores peruanos de su generación, lo que con los años ha quedado largamente confirmado.
3. “Emily y la niña de la lámpara”Autor: Lucho ZúñigaGénero: InfantilPáginas: 72Editorial: LudoCuando la misteriosa niña de la lámpara se le aparece a la pequeña Emily y le concede un deseo, ella elige convertir a sus padres y a su tío en niños. El hechizo se cumplirá y esto desembocará en una serie de aventuras, viajes en el tiempo y sorprendentes actos mágicos.
Este cuento, estupendamente narrado, funciona en primer lugar en su objetivo de entretener, porque es curioso y divertido ver a unos adultos infantilizados y a Emily, la protagonista, tratando de controlar sus impulsos y travesuras. Pero, además de ese componente ligero, hay un mensaje más profundo que llama a los niños a ponerse en los zapatos de los padres, a invertir los papeles para entender lo complejo de la responsabilidad. Y aunque el relato está cargado de fantasía, también es inteligente cuando en ciertos pasajes le da una vuelta a la inverosimilitud y la aterriza, para así sostener un interesante equilibrio entre el mundo de los sueños y la realidad.