ADRIANA GARAVITO (@adrigaravito1)Enviada especial
Sí. Es cierto: no es novedad decir que la sensualidad se emana más con la actitud que con la ropa (colocando la sensualidad dentro del concepto de femineidad y muy alejada del de “vender sexo”). Pero no se puede negar que la ropa tiene mucho que ver. De hecho, todo el proceso de elegir qué ponerse día a día (hasta el hecho de no querer pensar demasiado en el tema) sugiere una especie de satisfacción. Al fin y al cabo, si no te miras mucho al espejo antes de salir de casa, igual lo harás en algún momento y aprobarás o no lo que ves.
No es un acto puro de vanidad, es natural. La estética es parte de nuestro mundo. Si nos ponemos a pensar, son muchas las veces al día las que decimos o pensamos “esto me gusta” o “esto no me gusta”. Así, la ropa –seas aficionado a ella o no- forma parte de todo un conjunto de cosas que nos hacen sentir bien. Si te sientes cómoda con lo que llevas puesto por ejemplo, te sientes bien y (lo mejor) se nota.
LIGERA Y MÁS LIGERA
No es gratuito, entonces, que las pasarelas de moda propongan cada vez más prendas frescas. Ojo, no es que los diseñadores impongan una manera de vestir, sino que han entendido qué busca la mujer desde hace unos años: transmitir su libertad e independencia por medio de su estilo. ¿Cómo lo supieron? Saben que la ropa habla.
Si hay dudas al respecto, solo hay que recordar el incidente “Evo fashion”: El Presidente de Bolivia realizó una gira por Europa con una chompa a rayas y por esta se armaron teorías sobre la práctica estética de su filosofía política. Luego, la periodista Mercedes Ibaibarriaga lo aclaró en una crónica: la chompa -que se la había regalado una amiga- la había agarrado apurado porque no encontraba su favorita. Así de simple. Así de complejo. La ropa habla.
SIN MOSTRAR DE MÁS
En ese sentido, la silueta que se propone en casi todas las Semanas de la Moda corresponde a una que representa a las mujeres que les gusta de estar conscientes de cómo se ven (algunas más que a otras), pero sin olvidar la comodidad, pues son chicas que van de un lado a otro, están en constante movimiento debido a sus trabajos y proyectos propios. Representa a las chicas que tienen bien claro que no necesitan mostrar de más para obtener lo que quieren.
Así, un vestido de satín, o una espalda escotada, o un escote que deje ver una pierna... con todos esos elementos que te hasta te seducen a ti misma, es suficiente. Sin duda, es una evocación a ese garbo que poseían las mujeres de la época dorada. Una reproducción de esa generación (valga la redundancia) de mujeres como Greta Garbo.
Esta semana, en España, el ejemplo lo han dado diseñadores como Moisés Nieto, Ailanto, Ana Locking y hasta Juanjo Oliva, quien si bien propone vestidos más ajustados, el fin sigue siendo el mismo: mostrar seguridad a través del cuerpo.
Cabe mencionar de nuevo que las Semanas de la Moda no buscan imponer un estilo. Claro, de hecho crean tendencia y su objetivo principal es promocionar el comercio de la industria, pero al final, solo proponen. Uno se viste como quiere. Pero de pronto es mejor darle un vistazo a lo que la ropa de estos diseñadores quiere decir. No muchos de ellos tienen una tienda en nuestro país, pero al menos, si al ver sus prendas notas que hablan el mismo lenguaje, ya tienes una idea del estilo que quieres. Porque vamos, no hay nada más sensual que mirarte al espejo y sonreír por lo que estás viendo.