Jean Paul Gaultier es “l'enfant terrible” de la moda francesa. Sus propuestas en la pasarela suelen generar asombro al apostar por la elección de modelos no convencionales, tales como mujeres de talla grande o cuerpos llenos de piercings y tatuajes, además de su traviesa mirada hacia los roles de género tradicionales.
Con 66 años, el artista se tomó dos años de su carrera para desarrollar el “Fashion Freak Show”, espectáculo muy personal con el que recorre los últimos 50 años de moda y cultura pop. El espectáculo se estrenó el 2 de octubre pasado en el cabaret Folies Bergère de París.
En él Gaultier hace un ‘flashback’ a episodios de su vida personal a través de las prendas más icónicas de su carrera. Dos horas de puro canto, baile y actuación, pero sobre todo una puesta en escena sin una gota de censura y no apta para cardíacos. Muy al estilo de Gaultier.
LEVANTA EL TELÓNPrevio al inicio del show, el Folies Bergère celebró la música de Madonna, considerada una de las grandes musas del diseñador francés. Temas como “Like a Prayer” y el sonido de las manecillas del reloj en “Hung Up” anunciaban que el espectáculo estaba por comenzar.
El rango de las edades de los asistentes iba desde los 18 años hasta personas que pasaban los 75. Todos tenían algo en común: vivir entregados a la moda. Algunos optaron por looks clásicos, otros por trajes que parecían contar sus propias historias a través de cadenas y peinados con los colores del arco iris. De eso se trata esta industria: jugar y experimentar.
A las 8:25 de la noche se apagaron las luces. El espectáculo empezó con la proyección del video de una intervención quirúrgica, entre sangre y brillos, niños inspeccionaban la situación: la operación estética de Nana, el primer oso transexual en la historia. “Cuando niño, le pedí a mis padres una muñeca y dijeron que no porque no era masculino. Me dieron un oso al que le puse dos conos de cartón con sujetadores. Así nació Nana [la encargada de narrar el show]”, ha contado el diseñador a la revista “Marie Claire”.
EN LA MENTE MAESTRAEsta laboriosa puesta en escena montada por la coreógrafa Marion Motin cuenta con 200 cambios de vestuario y música a cargo de Nile Rodgers, cuyo “Le Freak” –tema de su paso por la banda Chic– es la canción representativa del “Fashion Freak Show”.
En pantalla, un pequeño Jean Paul –con la camiseta a rayas de marinero que lo caracteriza– está en la escuela, inmerso en su mundo: trajes de lentejuelas y plumas. Su profesora intenta avergonzarlo diciéndole que eso es para niñas, pero a él eso le importa poco o nada.
Las escenas eróticas y revelaciones íntimas son elementos claves para describir este espectáculo; estos aumentaron a medida que el show avanzó. Desde “The Grand Amour” –escena en donde Gaultier habla de su primer amor: Francis Menuge, quien falleció en los noventa a causa del sida– hasta su primera visita a un sex shop rodeado de excesos.
No pudo faltar en este show un recorrido por sus primeras experiencias en la industria de la moda. En 1976, Gaultier montó su primer desfile: una mujer caracterizada como Anna Wintour (la poderosa editora de “Vogue”) lo calificó como “el desastre del año”.
Gaultier cerró su show con un llamado de atención a la sociedad actual. Rodeado de un elenco diverso que se va quitando las prendas que marcaron la carrera del diseñador, hasta quedar desnudos, él concluye: “No hay un solo tipo de belleza. Tuve la suerte de tener unos padres que finalmente me aceptaron tal y como soy. Ser 'freak' es ser libre. Cuando tenía 9 años, soñé con tener un show en este lugar y hoy puedo decir que se hizo realidad”.