Catorce años ha tardado Lacoste en volver a su Francia natal y lo ha hecho con un desfile festivo, recreando una pista de tenis en los jardines de las Tullerías, en un homenaje al cine galo de los 90 que ha servido para reinventar el clasicismo de la firma en versión “high tech”.
La marca del cocodrilo más famoso de la moda sigue creando un armario inspirado por el deporte, como fue el motivo de su nacimiento en 1933 por su fundador René Lacoste, ganador de la Copa Davis en 1927, con un ADN caracterizado por la búsqueda de la comodidad, el chic, el movimiento y la originalidad.
Esta ha sido también la intención del diseñador de la casa, Felipe Oliveira Baptista, que para este año en el que se celebra el 85 años de historia de Lacoste, ha mantenido la esencia dándole un toque juvenil y urbano, inspirado en dos películas antagónicas: “La Haine”, de Mathieu Kassovitz, y “Conte d'Été”, de Eric Rohmer.
Los códigos de vestimenta de la calle de los años 90 que se aprecian en “La Haine”, película de culto del cine contemporáneo francés, se dejaron ver en prendas deportivas XXL y colores vivos, y nuevas formas de llevar la ropa: los polos son vestidos con mangas anchas o un cuello abierto que cae por el hombro.
“Conte d'Été” añade la nota burguesa de la colección en tonos pasteles, con americanas de doble botonadura, pantalones de talle alto con pinzas y, por supuesto, el clásico estampado de cocodrilo sobre sudaderas y cardigans de mangas amplias y caídas en un guiño vintage.
Las marcas históricas buscan así reinventarse y encontrar su nicho entre los más jóvenes para seguir siendo un referente de moda, reconvirtiendo sus clásicos y apostando por un estilo mucho más desenfadado, adaptado a los gustos de los “millenials”.
(Fuente: EFE)