“La luz que alumbra el corazón del artista es una lámpara milagrosa que el pueblo usa para encontrar la belleza en el camino”.
Estas palabras profundamente poéticas y ciertas del gran folklorista Atahualpa Yupanqui sirven para honrar la memoria de nuestro querido compañero y amigo Gustavo Cerati que ya no está entre nosotros.
Su luz empezó a apagarse después de cantar en Caracas y quedó suspendido en un limbo que terminó esta mañana.
Muchos compañeros y amigos vamos a recordar el carisma y el talento de Gustavo para siempre, pero millones de personas van a llorar su ausencia y recordar las canciones que cambiaron la música de América para siempre.
Especialmente las que compartió con Charly y Zeta en Soda Stereo, el trío conquistador que regó de sonidos contemporáneos y canciones poderosas cada rincón del continente, y sirvió de influencia a cientos, tal vez miles, de artistas y grupos que se inspiraron en la música y los versos sinuosos que tan bien sonaron en el canto de Gustavo Cerati.
Después de Soda Stereo, Gustavo nos descubrió un interesante rumbo solitario en clave contemporánea, más del legado musical que nos deja Cerati, hermosos discos interesantes que permitieron, incluso, reunir a Soda para una segunda y definitiva batalla final.
Este viejo compañero despide a un amigo. Que descases en paz, querido Gustavo Cerati.