Rubén Blades es un cantor que cuenta, un contador que canta, un músico que corre riesgos, un creador valiente que se atreve a dinamitar su propia fórmula, un cronista humano, un memorioso, un escribano de las esquinas, un maestro. El músico panameño cerró el pasado viernes el Festival de la Fundación de Nuevo Periodismo Gabriel García Márquez celebrado la semana pasada en la ciudad de Medellín. Entrevistado por el periodista colombiano Alberto Salcedo Ramos, Blades dio muestras de su maestría como narrador, recordando siempre al amigo ausente: Gabriel García Márquez. Aquí, un extracto de una charla que celebró a Gabo y Rubén, dos narradores únicos, dos voces poderosas, contagiosas y necesarias.
1. GABO QUERÍA ESCRIBIR PEDRO NAVAJA
“Me habían dicho que a Gabriel nada le hubiera gustado más que haber escrito Pedro Navaja. Nunca me atreví a repetir eso, porque me parecía absurdo, una exageración. ¡Y resulta que sí lo escribió! Así que eso me honra mucho. Pero creo que básicamente lo que él estaba diciendo con eso era que ambos somos escritores. Yo siempre me definí como un cronista de la música. Y eso resultaba difícil en el contexto de la música popular, porque cuando empecé a grabar era música dirigida a la planta de los pies. El argumento de una canción no interesaba. Lo que Gabriel dijo con ese comentario era que mi música eran, fundamentalmente, crónicas“.
2. COMO CONOCÍ A GARCÍA MÁRQUEZ
“Una persona cuyo nombre no recuerdo me decía que era amigo de García Márquez, y siempre me ”amenazaba“ con presentármelo. Un día, llegué al estudio y el tipo estaba allí. Yo al tipo no le creía mucho, no lo conocía mucho tampoco. Pero llegó y me puso al teléfono. ”¡Mira, aquí está Gabriel!“, dijo.
Tomé el teléfono:
-¿Aló? -dije.
Y del otro lado me responden: ¿Aló?
Digo yo: Este es Rubén...
Del otro lado responden: Este es Gabo...
Digo: Qué bien...
Me dice: Igual.
Digo: ¿Y cómo está?
Responde: Bastante bien. ¿Cómo estás tú?
Y en eso nos quedamos. Fue la conversación más monosilábica y corta del mundo. ¡Yo creía que el tiempo me estaba vacilando! Ninguno conocía la voz del otro. Y por eso fuimos sumamente cuidadosos. Después nos reímos mucho recordando esa conversación“.
3. PORQUÉ NO TRABAJARON JUNTOS
“Creo que fue en México cuando lo vi por primera vez. Yo le dije para escribir un disco juntos y él me dijo que no.
-¿Por qué? -le pregunté.
-¡Porque no terminaríamos nunca! -respondió.
- Entonces déjame hacer un disco de tus cuentos cortos iniciales [“Ojos de perro azul”]. Y no voy a hacer adaptaciones, sino una interpretación del cuento -le propuse.
-Eso me interesa -me respondió.
El disco salió y en mi vida me habían pegado tanto por un disco. La gente que le gustaba la obra de García Márquez me caía encima porque “había destruido y desvirtuado los cuentos de Gabriel”. Los salseros tradicionales me apalearon. “Que era esa necedad de cangrejos plateados la luna han robado y no la quieren devolver, ¡qué carajo es eso! ¡Pretencioso idiota, destruyendo la salsa!”
A los dos únicos que les gustó el disco fue a Gabo y a mí. Él me llamaba y me decía:“¡Te he tenido que defender hoy! ¡Te querían inmolar!”.
4. LA SONRISA DE MERCEDES
Una vez Gabo me fue a visitar al estudio en mi casa en Los Ángeles. Estaba con su mujer Mercedes. Yo grababa en el garaje de mi casa. Gabriel y Mercedes se sentaron en el sofá y yo iba a hacer la voz. Le dije a Gabriel: “esto es lo que estoy escribiendo, el álbum se llama cantares del subdesarrollo”, le encantó el título. Y la canción se llama “Tú te lo pipí“. Se quedó mirándome.
Mercedes tiene un rostro totalmente inescrutable, cosa que siempre me ha preocupado porque nunca sé si lo que estoy diciendo está bien o mal. Ella es como una jugadora de Póker. Siempre quise caerle bien, por eso siempre me preocupé por decirle las cosas correctas.
Y empecé a cantar. Por una calle que lleva el nombre de un líder histórico/ que de noche se llena de putas histéricas de nombres bíblicos/ se apareció un desempleado tartamudo optimista olímpico/ sin un centavo en su bolsillo pero con una erección magnífica...
Gabriel se empezó a reír hasta que se le acabó el cachete.
Y creo, me atrevo a afirmar, que me parece que vi pasar una sonrisa por los ojos de Mercedes“.
5. EL HUMOR NECESARIO
“El humor es necesario, es una muestra de inteligencia emocional. Sin el humor no veo vida. En Estados Unidos tienen lo que se llama stand up comedy, comediantes que hacen sus rutinas y se burlan de la gente. Yo no creo que eso pueda hacerse en Latinoamérica. Aquí te burlas de alguien y te meten un tiro. Aquí no hemos desarrollado la costumbre de reírnos de nosotros mismos”.
6. GABO DESDE EL AEROPUERTO
“Gabriel siempre tenía ocurrencias. Era del tipo de persona de las que dices ¡cónchale, cómo no tengo un cuaderno para estar apuntando estas cosas antes que se me olviden!
La cosa es que una vez llamó a la casa. Por entonces estaba prohibido de entrar a Estados Unidos.
Dije: Aló!
- Rubén, es Gabo.
- ¡Hey! ¿Qué pasó GGM?, ¿Dónde estás?
- Estoy en Nueva York...
- ¡Pues véngase pa’ la casa!
- No puedo salir del aeropuerto.
- ¿Qué te pasó?
- Problemas de visa. Pero te quiero decir algo: Tú eres el desconocido más popular que yo conozco.
Le dije que me espere un momentito y me fui corriendo a buscar un lápiz. Luego volví al teléfono.
- Dime otra vez esa vaina.
- Que estoy en el aeropuerto.
- No, no, no, ¡Lo que acabas de decir!
- Ah, que tú eres el desconocido más popular que yo conozco
- ¿Y por qué dices eso?
- Porque estoy hablando aquí con gente y les pregunto: ¿tú conoces a Rubén Blades? y me dicen que no. ¿Y a Pedro Navaja?, ¡ah, a él sí! Y si le pregunto a un gringo por Rubén Blades me dice: “¡Ah, el actor!”
Si alguna vez escribo un libro sobre mi vida, así se va a titular: “El desconocido más popular que conozco”.
7. ME GUSTAN LOS PERDEDORES
“A mí me gusta la esperanza invencible del que ha sido perdedor. Es algo que me inspira siempre. La idea de darle a la oportunidad a la gente, al que la tuvo y la perdió o nunca la tuvo”.
8. POR QUÉ ENTRAR EN POLÍTICA
“Yo entré a la política como un acto de defensa propia
Hay un problema con la política. Dicen que el poder corrompe a la gente. Y yo siempre digo que el poder no corrompe, lo que el poder hace es que desenmascara. Es un cuento eso de que llegaste al poder y te volviste malo. No, tú ya eras malo antes, lo que tienes ahora es poder para hacer cosas peores. Dicen que los políticos son corruptos. ¿Y quién los puso allí? No fueron extraterrestres, los pusiste tú“.
9. LA ENCUESTA LÓGICA
“Esto no es cuento: pasó en Panamá. Un señor corrió para presidente y mandó hacer una encuesta. En una de las preguntas decía: ¿Votaría usted por una persona que cuando llegue a la presidencia nombra a todos sus parientes y a todos sus amigos en los puestos de gobierno?
85% de la población dijo Sí.
La encuestadora pensó que habían formulado mal la pregunta y la volvieron a hacer. Y cuando recibieron la misma respuesta preguntaron por qué.
Y la respuesta fue así: Si ese señor llega a la presidencia y no ayuda a su familia ni a sus amigos, cómo me va a ayudar a mí que ni me conoce?
¡Implacable lógica!
10. ¿BLADES o “BLEIDS”?
“¡La gran discusión! Mi abuelo se llamó Rubén Blades (con entonación inglesa) porqué salió de Santa Lucía. ¿Qué hacía allá? No tengo idea. Lo vi una vez en mi vida. Mi papá y él no se hablaron por muchos años. Una vez regresó, se vino a la casa, se quedó tres semanas y no lo vi más nunca.
En Panamá siempre se dijo “Bleids”. Cuando salgo de Panamá la gente empezó a decir Blades y cuando yo lo decía de otra forma creían de que trataba de hacerme el gringo. ¡Y se formaron unas discusiones tan tontas! Ahora escucho cómo la gente pronuncia mi nombre y yo me voy por allí. ¡Qué me importa!