Su música se ha nutrido de los clásicos de la canción de autor. Silvio Rodríguez, Joaquín Sabina y Joan Manuel Serrat se rastrean sin dificultad en sus letras y hasta en su vibrato al cantar. A ello, Ismael Serrano (Madrid, 1974) agregó su impronta: ligeros toques pop que sirvieron para renovar la trova en español, popular en los 60.
Esta noche, Serrano se presentará en nuestra ciudad con su gira “Hoy Es Siempre”. Las tablas del teatro Pirandello son las elegidas para celebrar sus dos décadas sobre los escenarios. Se espera que, como en sus vistas anteriores, el local esté repleto.
El Comercio conversó con él y le consultó sobre una reciente declaración. ¿A qué se refería cuando afirmó que los músicos viejos suelen ser caricaturizados? Él respondió: “Creo que, por lo menos en España, la experiencia no está tan bien valorada. Hay un prejuicio en torno al artista veterano que causa que no tenga acceso a todos los espacios, a las radiofórmulas convencionales y tradicionales. La juventud es un valor al que, a veces, se le da más importancia que al propio talento y, desde luego, que a la experiencia. Se da el caso que a algunos artistas que llevan toda una vida de carrera no se les da el reconocimiento que realmente merecen. Por el contrario, en el mundo anglosajón, figuras como Leonard Cohen o Aznavour, que en paz descansen, fueron artistas que hasta el final de sus vidas estuvieron tocando y siendo reconocidos por la crítica. En todo caso, convengamos que en el mundo latino no hay esa mirada de respeto”.
Se le pregunta a Serrano si no sucedía algo similar con los jóvenes, quienes suelen ser tratados como inocentes e incluso tontos. Él contesta: “Sí, estoy totalmente de acuerdo. Creo que a veces se les habla de forma condescendiente y, en términos generales, se les subestima. Por ejemplo, en lo que respecta al debate político no se les toma en cuenta o se les acusa de individualistas, y cuando quieren participar, de no tener idea. Ahora en España están surgiendo nuevos liderazgos políticos y también un reproche que tiene que ver con su inexperiencia, con su bisoñez”.
Esta cuestionable mirada de la que habla Serrano no se agota en temas políticos. Según Serrano, también afecta a la oferta musical. “Se les subestima y se cree que hay que ofrecerles cosas superficiales, como si ellos no tuvieran la capacidad para reflexionar en profundidad. Creo que en el caso de la trova y de la canción de autor, hay un público muy joven que demanda música con contenido, que atienda a la palabra, a la poesía”, agrega.
¿Es posible combinar el pop superficial con el contenido elaborado? No lo sé, pero sí estoy seguro de que el panorama musical debe ser plural porque hay momentos para todo: para reflexionar y también para escapar.
Pero, ¿conjugar ambas cosas?Sí, en el sentido que las canciones pueden estar dirigidas a un público masivo. Existen fenómenos como Joan Manuel Serrat, quien es una figura conocida internacionalmente. También están Silvio Rodríguez y Joaquín Sabina, quienes reúnen la profundidad y altura literaria de sus textos y llegan a todo el mundo.
¿Y algo más pop?Supongo que sí. Las fronteras musicales no están delineadas de manera clara. Hay un hip hop que puede resultar, a primera vista, un tanto superficial, pero que tiene una carga de profundidad importante. Recuerdo las grandes manifestaciones de los mineros en Inglaterra de los 80, cuando gobernaba Margaret Thatcher. Allí habían conciertos en los que actuaba gente como Wham! para reivindicarlos.
Volviendo al comienzo de la charla, ¿por qué, a tu parecer, se suelen caricaturizar los extremos?Se tiene a simplificar, en términos generales. Se pierde el matiz cuando se trata de definir, de encorsetar y encasillar al músico. Hay una pretensión, en ese sentido. Creo que estamos perdiendo nuestra capacidad para reparar en los detalles. Te doy un ejemplo: nosotros participamos de las redes sociales que imponen un límite de caracteres, en donde se encapsula el mensaje y, de alguna manera, también nuestra manera de pensar. Vamos al titular, al click rápido y desatendemos el contenido. Todo es tratado como un objeto de consumo para usar y tirar. Todo tiende a ser rápido y fugaz. Internet se muestra como la solución a todos los problemas de la música porque podemos acceder a ella y ofrecer nuestras propuestas, pero convengamos que la información es brutal y se termina convirtiendo en ruido. Eso nos lleva a la simplificación y a que perdamos la capacidad para mirar con la calma que se merecen las expresiones artísticas.
MÁS INFORMACIÓNLugar: teatro Pirandello. Dirección: Av. Alejandro Tirado 274, Cercado de Lima. Horario: hoy, 9 p.m. Entradas: Teleticket.