Por epifanía se entiende revelación, pero no de cualquier índole. Se trata, más bien, de una palabra asociada a lo místico, al descubrimiento de un nuevo camino religioso que promete cambiar la vida de quienes decidan tomarlo.
Esta manifestación aparece de diferentes formas y casi siempre tiene que ver con satisfacer alguna necesidad urgente. En el caso de los seguidores del pastor evangélico Alberto Santana, bien podría ser la búsqueda de un futuro mejor lo que los lleva al éxtasis en cada culto que el polémico guía espiritual realiza. La fe mueve montañas.
El panorama es distinto para quienes, en términos prácticos, tienen la vida resuelta. Los músicos de fama internacional que calzan dentro de esta premisa suelen afirmar que la vida de estrellas y los excesos que esta les proveyó terminaron por aislarlos del mundo, y que las epifanías llegaron en momentos de soledad.
Un caso emblemático es el de Edgardo Franco '‘El General', uno de los precursores del reguetón. “Cuando uno está encima del mundo de Satanás nada es lindo. Cuando se prendía la cámara, se prendía mi rostro, mi sonrisa. Pero cuando llegaba al hotel era como un vagón grande y vacío, no había aplausos sino un silencio que atormentaba mi consciencia”, confesó al canal Jehovah's Witnesses Broadcasting.
De El General solo queda el rastro: el músico que conquistó el mundo a inicios de los 90 se retiró para siempre de los escenarios en el 2004. Fueron sus hermanos de una congregación de Testigos de Jehová, a la que asistió antes de saltar a la fama, quienes le llevaron la biblia en el momento preciso. Hoy por hoy, él afirma sin titubear que letras como “Muévelo, muévelo, qué sabroso” o “Tú eres mi mamita rica y apretadita” pertenecen al demonio.
—Bachata para Dios—Juan Luis Guerra recuerda que en el mejor momento de su carrera no sentía paz. Era mediados de los 90 y ni los millones de discos vendidos ni ganar el Grammy eran suficientes para paliar el vacío que sentía dentro de él.
Las pastillas eran lo único que le permitía conciliar el sueño. La ansiedad lo agobiaba, así que decidió alejarse de la música para dedicarse a su familia e iglesia. Años más tarde, él testificaría: “El que ha pasado por eso sabe de qué estoy hablando. Pero acepté a Jesús y Él vino a darme mucho más que paz: me dio vida en abundancia”.
Así como se fue, un día, Guerra regresó triunfal y desencadenó un fenómeno sin parangón en la música en español: hizo que el gran público cantara y bailara al ritmo de canciones de alabanza a Cristo.No es una exageración: “Las avispas”, “Son al rey”, “En el cielo no hay hospital” son algunos de los éxitos que él hizo rotar en las radios de la región y que seguramente sonarán mañana en su concierto en el Jockey Club.
Guerra, a diferencia de sus pares, no ha limitado su capacidad creativa. Todavía se le puede escuchar interpretando ciertos temas –como “Burbujas de amor”– que podrían ser criticados por los más conservadores o colaborar con aquellos que han llevado las letras de la bachata del salón de baile a la cama, como Romeo Santos.
—Un nuevo camino—Ciertos músicos peruanos también han sido iluminados por la palabra de Cristo. Se puede mencionar a Max Castro, William Luna y, recientemente, a Jean Paul Strauss.
El Comercio conversó con este último para conocer más detalles de su conversión. Él es reservado y prefiere no hablar mucho de la fe que profesa: le basta anotar que es parte de una comunidad cristiana y que sus únicas doctrinas son vivir del amor y tratar de ver el mundo como lo hizo Jesús.
Según él, su epifanía llegó mientras corría por el malecón de Miraflores, tiempo que él dedica a la meditación. “Me pasó algo sobrenatural. Había escuchado a mucha gente decir que Dios les había hablado, pero una cosa es que te lo cuenten y otra que te pase”, afirma, sin dar más detalles.
¿La elección de este camino a la santidad habrá sido consecuencia de sus polémicas faranduleras? Él responde: “Todo lo que nos pasa en la vida nos lleva al camino que ahora vivimos. Pero no, creo que fueron las recientes pérdidas que tuve. Unos amigos que conocía de toda la vida, quienes llevaban un vida sana, fallecieron repentinamente. Eso me hizo dar cuenta de que cada nuevo día es un regalo de Dios”.Strauss comenta que ya prepara “Luz”, un disco para alabar a Cristo. “Todavía no tiene fecha de publicación. Eso está en manos de Dios”, sentencia.
Mastercard Music Sessions: Vicente García y Juan Luis GuerraLugar: Jockey Club. Dirección: Av. El Derby s/n, puerta 4,Surco. Horario: sábado 27, 8:30 p.m. Entradas: Teleticket.